Me enamoré de mi secuestrador.

SIN RASTRO

En una cafetería estaban dos agentes que intentaban socializar despues de haber sido declarados compañeros de trabajo.

Uno fumaba tranquilamente y el otro desayunaba en silencio. Minato sabía que el muchacho no se dignaría a hablar por lo que decidió tomar la iniciativa.

-Shikamaru ¿Verdad? –Preguntó dando pie a una conversación tranquila.

-Así es, Nara Shikamaru. –Contestó aliviado de que el rubito se dignara a romper el hielo.

-Bueno es un gusto que trabajemos juntos, Tsunade-sama me comentó que eres muy bueno en lo que haces. –Alagó sutilmente.

-Pues realmente no creo que sea así, normalmente a esa mujer le gusta exagerar. –Soltó con modestia. –En mi opinión no hago la gran cosa. -

Minato le dirigió una mirada suspicaz acompañada de una breve sonrisa. –Vaya, pero me lo dice un estratega elite de Konoha. –Shikamaru correspondió la sonrisa con complicidad.

-Bueno supongo que me descubrió. –Apagó su cigarrillo listo para encender el siguiente. –Digo, es normal que yo un simple chaval se sienta diminuto ante el Relámpago Amarillo. –Soltó con tonos leves de burla.

-Eres bastante agradable Shikamaru, estoy seguro de que no tendremos problemas. –Inquirió con una sonrisa la cual fue correspondida.

-Debo admitir que tuve que esforzarme de más para lograr trabajar con usted, realmente es un honor para mí. –Dijo esta vez con una gran admiración al Namikaze.

-Me alagas, niño.- Sonrió de forma fraternal. –Pero conociendo el gran potencial que tienes seguramente dentro de poco seré yo el que diga con orgullo que trabajé con Nara Shikamaru. –Dijo con su rostro sereno animando al joven pelinegro el cual no pudo sentirse más autosuficiente.

...

Una mujer pelirroja estaba de un lado a otro atendiendo llamadas, arreglando algunas cosas etc. Ahora mismo iba directo a la habitación en donde se encontraba su obsesión andante, se había asegurado de que ella misma le comunicara las buenas noticias para así presenciar esas sonrisas que tanto le encantaban. Llegó finalmente a la enorme puerta subterránea. Tocó un par de veces.

-Sasuke-kun. –Lo llamó desde afuera a lo que el azabache dejó su tarea para atenderla de la forma más "cordial" que conocía.

-¿Qué quieres? –Dijo de forma tajante.

-Es sobre el hijo de Rasa Sabaku. –Anunció con su extremadamente femenina voz.

-Pasa. –Ante esto la chica entró feliz de haber captado su atención. –Habla. –Ordenó mientras ataba correctamente las muñecas de Naruto el cual soltó un quejido de dolor al sentir la opresión en su piel ahora sensible.

-Pues Suigetsu completó el secuestro con éxito. –Ante esto Sasuke sonrió triunfal, faltaba muy poco para el primer paso de su estrategia.

-Pues entonces no tarden en exprimirle toda la información que necesitamos. –Ordenó con una sonrisa sádica que se escondía con la oscuridad del lugar.

-¿Y luego que haremos con el? –Cuestionó la mujer.

-Mátenlo. –Soltó de una forma muy natural. –No me sirve. –Terminó con cierta repulsión.

Naruto por su parte, había presenciado la conversación en silencio, se estremeció por completo al notar la tranquilidad con la que Sasuke decidía la muerte de una persona, no había duda de que era un monstruo.