-Estoy harto de esta situación. –Un adulto enfurecido gritaba desde su comedor.
-No grites. –La suave voz de su esposa hizo contraste con los gritos. –Los niños están durmiendo.
-No me importa. –Respondió tajante. –No puedo creer que uno de mis hijos sea un rarito. –
-Por favor no le llames así, el doctor dijo que necesita nuestro apoyo mas que nunca y tú no estas dando de tu parte. –
-Ya lo sé. –Suspiró pero su intento de calmarse fue en vano. -¿Qué hicimos mal? –
-Nadie tiene la culpa, mucho menos Sasuke. –
-No lo entiendo. –Ignoró a la pelinegra. –Itachi es normal, ¿qué es lo que no hicimos con Sasuke para que nos saliera así? –
La mujer derrotada tan solo observó como su pareja se mortificaba y maldecía por lo bajo.
Mientras que en una habitación compartida con la pared forrada en tapiz de dinosaurios. Dos niños escuchan la discusión de sus padres.
-Sasuke, ¿estas despierto? –El mayor con catorce años se acercó a la cama del menor el cual sollozaba en silencio fingiendo estar dormido. A pesar de esto su hermano se mete bajo las mantas para abrazarlo.
-Yo no estoy loco Itachi. –Dijo al fin.
-No lo estás. –Aseguró mientras le acariciaba el cabello. –Solo eres un niño con mucha imaginación.
-Tú no eres doctor como vas a saberlo. –Respondió con molestia.
-No lo soy pero hay cosas que ni el hombre más sabio de este mundo entendería. –Sonrió. –El mundo de los niños es completamente diferente al que los adultos ven, hay cosas tan desconocidas que lo tachan de anormal, pero tú estás bien Sasuke. Estoy seguro. –Lo convenció para que pudiera dormir en paz una vez más.
-¡Felicidades Sasuke! –Le sonrió su madre mientras lo abrigaba entre sus brazos con cariño.
Ese día había presentado una mejoría considerable en su estado, su hijo pronto saldría de esa pesadilla. Podría integrarse con los demás niños, y en un futuro lograr formar una familia, su esquizofrenia estaba siendo controlada exitosamente.
-Esto amerita una celebración. –Le dijo su padre con su típico porte serio, el corazón de Sasuke latió emocionado al percibir una pequeña sonrisa en el rostro estoico de su progenitor.
Pastel y golosinas. Sin duda era lo mejor que había vivido con su familia desde que empezó a ver "cosas malas". Los hijos de familiares lejanos o cercanos estaban en el patio jugando con el pequeño Sasuke.
-Atrápame Sasuke. –Gritó una de las niñas la cual le sonrió burlonamente. –Atrápame loquito. –soltó con inocencia, pues sus padres se referían con esa palabra a su primo de cabello negro.
Sasuke corrió hasta ella ignorando esa palabra pues estaba muy feliz ese día. Los demás se unieron al juego, porque sasuke reía junto con la castaña con el cabello trenzado.
Un chico un poco mas grande que él lo empujó. –Alcánzanos loquito. –
Un chispazo sintió en su mente, por fin logró discernir el significado ofensivo. Se talló frenéticamente una de sus orejas al escuchar un pitido agudo que le molestó.
-No me llamen así. –Pidió.
Los adultos absortos de la situación platicaban asuntos del clan desde el interior de la vivienda, incluyendo a su hermano.
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Me enamoré de mi secuestrador.
Fiksi PenggemarLuego de ser secuestrado y torturado las cosas se tornan más oscuras para él. Donde anhela su libertad pero al mismo tiempo desea ser devorado por Sasuke. -Sasunaru