Me enamoré de mi secuestrador.

LA BUSQUEDA COMIENZA

Después de terminar con el aseo rápido del rubio, Sasuke lo depositó esta vez en una pequeña y descompuesta cama, le colocó los vendajes básicos en as diferentes heridas que tenía. Con un poco de prisa lo vistió con solo una camisa y unos grandes pantalones, fue lo primero que encontró en aquella caja vieja del sótano.

Le echó un ultimo vistazo antes de irse del lugar, tenía ciertos asuntos que resolver y realmente dejar a un Naruto lastimado y atado no era un riesgo.

Subió a su lujoso auto y se dirigía a la ciudad, marcó un número al cual le respondieron casi de inmediato.

-Necesito que vengas. –Ordenó con su típica "amabilidad". Se escuchó la respuesta del otro lado de la línea. –Eso no me interesa en lo absoluto. –De nuevo se escuchaba la voz distorsionada de alguien alterado. –Abstente de poner excusas y solo obedece. –Finalizó la llamada sin dar opción a replicar.

Suspiró con pesadez mientras su gélida mirada se mantenía al frente; despues de exactamente 30 minutos se adentró a un bar muy bien escondido, la razón de la cual se mantenía en secreto su ubicación era por las grotescas escenas que se podían presenciar allí dentro.

-Identificación. –Se paró frente a el un hombre con traje de etiqueta y gafas oscuras. Quiso parecer imponente ante el pelinegro Uchiha el cual solo lo ignoró y pasó por un lado de este. –Hey. –Le tocó el hombro para hacerlo retroceder.

-Muévete del camino estúpido. –Gruñó dedicándole una de esas miradas que literalmente matan. Aquel hombre sintió un terrible escalofrío al tener encima esos afilados ojos que podía jurar veía su alma reflejada en ellos.

-¿Qué sucede aquí? – Se apareció otra persona en la puerta la cual al ver a Sasuke tembló en su sitio. –Uchiha-sama. –Dijo con cierto titubeo ante esto el hombre anterior se sorprendió. –L-lamento el mal entendido. Pase por favor. –Sasuke chasqueó la lengua y pasó chocando su hombro con el del mastodonte que anteriormente le había negado el acceso.

-Idiota. –Golpeó aquel hombre recién llegado al que supuestamente cuidaba la entrada. –Por poco mueres.

-No entiendo, ¿quién es ese hombre? –Miró a su compañero con curiosidad.

-Alguien que puede simplemente decir "Maten al imbécil que me impidió la entrada" Y será complacido al instante. –Dijo severo. Ante esto el otro tragó duro sintiendo una terrible sensación en su espina dorsal.

-Comprendo. –Soltó ya con el miedo a flor de piel.

...

Sasuke se adentró al lugar, nada nuevo ni sorprendente. Estaba el típico ambiente en el cual había música, bailarinas, putas y personalidades adineradas apostando o bebiendo.

El se mostraba indiferente a su entorno. Una mujer de pelo grisáceo le miró con un claro interés. Se acercó moviendo sus tonificadas caderas para tratar de provocar al pelinegro el cual no cambió su expresión.

-Hola, ¿Me dejas acompañarte esta noche? –preguntó de una forma exageradamente melosa restregando su cuerpo con el de Sasuke el cual la tomó por la cintura cediendo al coqueteo de la morena.

-Me temo que tengo que rechazar tu oferta. –Le sujetó el mentón dando señales de que la besaría sin embargo tan solo sonrió al ver a la mujer ansiosa por el contacto. –Será en otra ocasión. –Se separó pasando de largo.

Caminó hasta cierto pasillo en donde ya no había gente como en el salón anterior al entrar miró con desinterés a diferentes conocidos y demás. Solo se quedó allí por ordenes de Orochimaru.