Disculpen la demora.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Se incorporó en su cama con los ojos llenos de lagrimas, de su boca salió un grito "Papá" fue la palabra que se escuchó con fuerza por la habitación.
Acto seguido entró un hombre de cabellos rubios junto con una mujer de larga y roja cabellera. -¿Qué sucede Naruto? –Ambos con sus brazos protectores rodearon a su pequeño hijo.
-Ustedes se iban lejos... y...-Sollozaba y su respiración estaba irregular. Sintió el calor amoroso rodearle y se sintió seguro.
-Solo fue una pesadilla. –Susurró su madre meciéndolo en la dulzura de su voz.
Miró a su padre y este le dedicó una cálida sonrisa. –Naruto, nunca más tengas miedo. –Le decía con firmeza. –No importa la situación ni el lugar...- sujetó las manitas del rubio menor. –Siempre que me llames estaré ahí para protegerte. –
Toda la habitación cambió, las estanterías con libros para colorear y juguetes se desvanecían, el color amarillo perdía su fuerza convirtiéndose en una gris y agrietada pared, la cama con cobertores estampados de figuritas infantiles desaparecía dando lugar a un frío suelo manchado de sangre.
El niño con felicidad e inocencia deslumbrando sus ojos desapareció, dejando ver a un muchacho lastimado y con la mirada vacía, aquel azul se había opacado. -¡Eres un mentiroso! –Gritó con todas sus fuerzas.
La escena se rompió en miles de pedazos, estaba atrapado, la figura de sus padres estaba esparcida en pequeños fragmentos de cristal. Estaba desesperado, su pecho subía y bajaba rápidamente. Recuerdos de su vida hacían un eco escandaloso.
Su figura delgada y poco saludable temblaba, y entre todo el caos escuchaba claramente la risa retorcida de alguien a quien odiaba tanto como le temía. Sin pensarlo e ignorando el dolor de sus piernas comenzó a correr en dirección contraria. Pero a su parecer ni siquiera avanzaba. Una presión en su tobillo lo hizo caer al suelo.
La mano pálida y ensangrentada le pertenecía a Kiba el cual le miraba mal, con ojos que destilaban odio y desprecio. –Me dejaste morir. ¡Por tu culpa! –Le gritaba el castaño jalando más al rubito de vuelta.
-No, no Kiba. –De sus ojos rojos e hinchados salían gruesas lagrimas. –Perdóname, de verdad, yo no quería eso...-
-Tu nos mataste.- Iban acercándose cadáveres de diferentes personas que en algún momento convivieron con el.
-N-no, déjenme en paz...-Abrazó sus rodillas mientras aquellas sombras intentaban llevarlo de forma brusca.
Su llanto paró en seco al escuchar las elegantes pisadas dirigirse hacia el, giró para poder ver al que estaba justo detrás de él. Ahí estaba, de pie. Mirándole con burla y maldad, disfrutando su sufrimiento.
-¿Qué pasa Naruto? –Se colocó en cuclillas para poder apreciar bien al rubio. –Acaso me temes? –Jugaba con su cuello disfrutando en grande cada estremecimiento. –Oh, ya sé lo que necesitas. –Una sonrisa lujuriosa apareció en su rostro.
Y en un parpadeo estaba desnudo y expuesto, el negaba una y otra vez suplicándole piedad pero su agresor era un hombre frío y sin sentimientos.
-Vamos a divertirnos Naruto. –
-¡No! –gritó con todas sus fuerzas tratando de detener lo inevitable.
Alguien entró en la habitación rápidamente, suspiró con desgane mirando mal al chico rubio que luchaba contra sus fantasmas aún dormido. –Vaya que chico tan problemático. –Murmuró. -¡Hey despierta! –El albino no pretendía aguantar al rubito.
ESTÁS LEYENDO
Me enamoré de mi secuestrador.
FanficLuego de ser secuestrado y torturado las cosas se tornan más oscuras para él. Donde anhela su libertad pero al mismo tiempo desea ser devorado por Sasuke. -Sasunaru