La Vida Continua

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Okey, Para que entiendan necesitar leer el último one shot de DevieisLife, Devuélveme El Corazón. Es una "extensión" diría yo 🤔. Anyways vayan a leerlo para entender esto 7u7.

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Poco después de que Lucifer abandonara la habitación La Luz verde volvió a aparecer justo como lo había hecho unas noches atrás.

Evie despertó la mañana siguiente, sobresaltada, sintiendo el calor de los labios de Doug sobre los de ella.

Se tocó los labios, cerrando los ojos y tratando de recordar ese beso que nunca existió. Dia beso la mejilla de su madre, haciedola volver a ella realidad.

— Buenos días Mami — Sonrió La pequeña.

— Buenos días princesa — Sonrió ella acercando a su hija y besando su frente. Recordó que la noche pasada los chicos estaban durmiendo en su cama, pero extrañaba miró todo el cuarto buscándolos.

— Oh, salieron temprano — Le Sonrió Día quien estaba fuera de la cama sujetando rosas detrás de su espalda — Y el tío Carlos trajo el auto.

Evie Sonrió — Hermosa, ¿Que haces levantada a estas horas? Ven acá, durmamos otro ratito.

Dia nego — Tengo hambre mami. — Evie Suspiro mirándola unos segundos, levantó las cobijas dispuesta a salir, pero su hija la volvió a arropar rápidamente.

— Dia, acabas de decir que tienes hambre — Dijo la madre divertida de ver a su hija sentarse en sus piernas — Levántate por favor, así puedo hacer el desayuno.

— Hoy no mami — Sonrió Dia acercándose a ella y volviendo a besar su mejilla y dejando la rosa azul en la oreja de su madre. Salió corriendo de la habitación hacia la cocina mientras Evie tocaba la flor que su hija le había dejado.

Día abrió la puerta con la espalda cargando una bandeja con mucha dificultad. Evie se levantó a ayudarla antes de que algo se cayera o Diana se lastimara.

Dejó la bandeja en la mesa de noche y miró a su hija sonriendo — ¿Que es todo esto Día?.

La Niña sonrió — Feliz cumpleaños mami. — Evie Sonrió tomando a su hija en brazos y dejando muchos besos en su cara.

Cayeron sobre la cama e Evie comenzó a hacerle cosquillas rápidamente. — Gracias princesa.

— Pruébalo! — Pidió sonriendo. Evie volvió a sentarse y a cubrirse bajo las cobijas. Dia La imito y se metió debajo de las cobijas en el puesto que había sido de ella últimamente.

Evie dejó la bandeja sobre su regazo y levantó el huevo revuelto que había en un plato pequeño.

— ¿Y? — Pregunto Dia emocionada. Evie tomó jugo, sabiendo que el huevo había quedado un poco salado, un poco mucho.

— Te quedó un poquito salado mi amor — Confezo. Dia Suspiro triste quitándose las lágrimas que escuchar eso le habían producido — Hey, mi vida no pasa nada.

Evie dejó la bandeja a un lado rápidamente y sentó a su hija en sus piernas. — No Es eso — Lloro la pequeña — Es que siempre me sale Mal.

— Mi amor, de las fallas se aprende — Le Sonrió Evie besando su sien — ¿Acaso crees que yo aprendí a cocinar sin que algo quedara Mal hecho? ¿O a coser sin meter los dedos? — Día la miró — Esta bien Hermosa, podemos hacerlo de nuevo y esta vez te enseñaré como se hace ¿Te parece?.

— Papá iba a enseñarme cómo hacerlos — Susurro la pequeña recostándose en el pecho de su madre y abrazándola.

Evie Suspiro triste — Mi amor, papá iba a enseñarte muchas cosas, y aunque no te salieran bien al principio, siempre te podías dar cuenta del orgullo que resaltaba en sus ojos al verlos a ustedes dos... Pero mi princesa, papá ya no está aquí y tenemos que seguir adelante ¿No? — Día asintió aún con la cabeza enterrada en el pecho de su madre — Exacto. Vamos a hacer un rico pastel de chocolate y celebrar con los chicos.

— En una piscina — Sonrió Dia emocionada.

— Robaremos la piscina de Mal — Le Sonrió Evie.

***

— Sabes, me di cuenta de algo más — Dijo Mal recostada en la silla, al lado de Evie.

— ¿Que cosa? — Pregunto aplicándose bloqueador en su abdomen.

— Lo más triste es que no me di cuenta hasta esta mañana — Río Mal Sarcastica — Esa perra me quito a mi marido y cuando iba a ir por el resulta que mis hijas también la adoran, es la octava maravilla del mundo.

— M, eso no es Verdad. Tus hijas te adoran, más que a nadie en el mundo.

— Bueno, eso no lo demostraron en los últimos días — Dijo — Lo más triste es que estuve tan ciega que no lo vi.

— M...

— No E. iba a recuperar a mi marido pero con mis hijas de su lado... No hay nada que pueda hacer. Tal vez debería morirme y dejarle el camino libre.

Lo que la pelimorada no Espero fue la mano de su mejor amiga impactando en su mejilla. Las gafas de sol salieron volando y la chica miro a la peliazul quien la miraba apretando los puños, la mandíbula y los ojos llenos de lágrimas, parada frente a ella.

— Que no se Te ocurra decir eso nunca mas — Dijo señalándola y hablando entre dientes. — Nunca.

— E.. — Pero la peliazul se fue antes de que Mal pudiera disculparse — Genial, ahora si metí la pata.