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Tuvo un primer amor.

Si alguien se lo preguntase, podría responder sin miedo a equivocarse que no le quedaba corazón para amar a nadie más. Porque amó de la manera en que solo los adolescentes lo hacen.

De la manera más genuina y auto destructiva que existía.

No necesitaba nada material si los sentimientos y recuerdos eran los únicos que perduraban a través del tiempo y la distancia... e incluso a través de la muerte.

Con experimentarlo una sola vez había sido suficiente.

El amor causaba tanto dolor y amargura cuando se acababa.

Ya no podía dar nada, era como un oasis seco en el que solo quedaba el polvo volando, guiando por ventiscas a la deriva.



"¿Se ha ido?" la voz de TaeIl lo sacó de sus cavilaciones.

Al principio no respondió, no había necesidad de explicar algo tan claro como el agua. Obviamente se había ido y de esa forma era mejor, su madre comenzaba a ponerle los nervios de punta con el té de hierbas especiales que le estaba dando a Kim.

Y el contrario era lo bastante confiado como para tomarlo sin siquiera pensarlo dos veces.

"Era temporal." Respondió encogiéndose de hombros.

"¿No me dijiste que no tiene a donde ir?"

TaeYong rió, sintiéndose casi conmovido por la repentina muestra de empatía de su mayor. Casi. Su mayor no era así.

"Es su vida, no la mía."

"Pensé que estabas volviendo a ablandarte."

TaeIl siempre hablaba sinceramente, y lograba fastidiarlo con facilidad cuando su humor no era el mejor.

"Sigo siendo yo, TaeIl. Sigo siendo un bastardo hijo de puta."

El contrario no desmintió sus palabras, ni le brindo su hombro o un consuelo para el infierno interno en el que estaba viviendo silenciosamente. Porque tampoco lo amaba, eran un error que se repetía siempre.

Un sonido pesado retumbó por el pasillo, pasos corriendo y un gimoteo. TaeIl miró hacia la puerta y luego se dirigió a la salida.

"No es normal que juegue a estas horas, asustando a la gente."









Sacó un abrigo y unos cuantos wons.

La idea del sauna quedó descartada cuando los precios que le mostraban eran un poco exorbitantes para su bolsillo. Se había quedado dormido en el bus y apenas abrió los ojos ya estaba en la última parada, si decidía volver por el mismo camino entonces no tendría dinero siquiera para comprar algo de desayuno o un cartón en el cual vivir.

Recorrió las calles con prisa, las que recordaba con poca claridad y cuando sus ojos fueron atacados por miles de luces de colores y ruidosa música, buscó un motel en el cual quedarse. Nunca soltó su mochila, y mantuvo el dinero en un bolsillo escondido. La chica que atendía el lugar lo miró extrañada antes de recibir el pago y entregarle una de las llaves con un colgante en forma de gaviota, roja como las paredes del lugar.

"Esa la limpiaron hace poco, piso tres. Disfruta tu estadía."

DongYoung hizo apenas una pequeña reverencia antes de retirarse por el pasillo con paso rápido. Subió por las escaleras hasta el tercer piso y buscó la puerta con el número 307 en ella.

La habitación era bastante pequeña, pero suficiente para que DongYoung no tuviese que exponerse fuera a altas horas de la noche, la cama estaba en una esquina, con sábanas blancas y dos almohadas con cobertores rojos. La ventana con persianas abiertas para que la habitación se ventilara dejaba entrar una luz anaranjada proveniente del cartel del motel contiguo, el bullicio aun se escuchaba, pero no sería demasiado problema ignorarlo, mirando un poco más alrededor pudo ver una puerta extra que seguro seria la del baño.

Se sacó los zapatos y enterrando el rostro en el abrigo que llevaba puesto, se recostó sobre la cama. La noche estaba bastantes grados por debajo de lo que le gustaría a DongYoung, y aunque el lugar resultaba bastante accesible y barato, no tenía ningún tipo de calefacción. Las sabanas eran algo finas y ásperas... le estaba costando entrar en calor.

Cerró sus ojos y pensó en toda su vida.

Pensó en su madre.

En lo injusto que resultó todo para él.

Jamás se imaginó alejándose a tan temprana edad de su hogar, de sus raíces y de lo que conocía. Estaba aterrado por el giro dramático que había tomado la situación hace apenas algunas horas atrás.

Era un muchacho, demasiado joven en un mundo muy grande.

¿Qué haría? Llorar no le devolvería todo lo que perdió.

Fue despertado por ruidos fuera de su habitación, eran cerca de las tres de la mañana y ya no sentía los dedos de los pies. Incluso levantarse resultó en un calambre general, que lo tumbó sobre el colchón de nuevo.

Cuando la riña pareció haber terminado fuera, DongYoung rodó por la cama y se acercó al final de la misma, tomando su mochila y mirando su billetera. Conto el dinero dos veces y suspiró.

No le habían robado mientras descansaba.

Pero no debería volver a dormir tan profundamente de nuevo. No en un lugar como aquel y totalmente solo.

Se descuidó un poco y la billetera resbaló de sus manos cayendo sobre su nariz. Profirió muchos improperios mientras acariciaba la zona afectada, sujetarla de aquella manera no fue exactamente inteligente de su parte. Suspiró y alejando sus manos miró al techo durante varios segundos.

"Ahora ya no tengo sueño." Murmuró mientras se reincorporaba sobre el colchón y apoyaba su espalda en la pared. Su billetera estaba a un lado de su cuerpo, había caído abierta donde llevaba una foto de su padre, una de las pocas que pudo recuperar antes de que su madre lo tirara todo. "Tu hubieras estado a mi lado."

Tomo el objeto y aprovechó la luz naranja que entraba entre las persianas. Una pequeña tarjeta violeta cayó de uno de los compartimientos y DongYoung frunció el ceño. ¿De dónde había tomado aquello? Intentó recordarlo pero apenas podía ver la inscripción del papel con nitidez.

Leyó el nombre en voz baja un par de veces mientras su mente se refrescaba con una que otra imagen que se asociara con la palabra en tinta negra.



Poison.



Su laguna mental no duró mucho más cuando recordó apenas un dialogo tomado con poca importancia mientras bebía algo y sus ojos se entretenían con la figura masculina sobre la tarima.

Las medusas dibujadas en el pequeño cartel con un simple nombre.

Poison.





"Oye, si estás interesado en un trabajo puedes llamar, ¿Eres bueno bailando?"


🍃

Dije que haría maratón pero no tenia Internet TT PERDÓN.

Espero que les guste el capítulo.

A partir de aquí, las cosas se pondrán interesantes. 😎😎

Esperen intensidad y pasión. 💥

Perdón de nuevo por fallar con la maratón :(( y en cuanto tenga wifi responderé todos los comentarios. ❤️❤️❤️

🐇

POISON ON THE HIPS (TaeDo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora