Sabemos lo que somos,
Pero no lo que podemos llegar a ser.
William Shakespeare.
Se escondió bajo las sábanas, delicadas manos deslizándose sobre su cuerpo mientras ligeros suspiros abandonaban los pálidos labios. Ojos inescrutables que exudaban placer y sensualidad.
La sensación cálida al deslizarse en el interior de las suaves paredes que lo apretaban ligeramente y como el olor de la pequeña habitación se hacía más fuerte y pesado. TaeYong se inclinó a besar los delgados labios de quien tenía bajo suyo, succionando despacio mientras sus caderas comenzaban a sacudirse con más ímpetu hacia delante. Los dedos largos y delgados regalando caricias alrededor de su cuello para entrelazarse en su nuca, evitando que se alejara, siguiendo el camino por la espalda delgada del menor.
"Sigue así." Murmuró el mayor sobre sus labios, cerrando sus ojos cuando volvieron a besarse con necesidad.
TaeYong se apretó contra el cuerpo del contrario, sintiendo pequeñas uñas apenas aferrarse a su piel, hacer círculos sobre sus vertebras y luego ascender de nuevo cuando los gemidos eran incontrolables. Las mejillas de su acompañante se tiñeron de rojo mientras se masturbaba entre sus cuerpos, dejando que su menor tuviese el control de la situación como muchas veces había pasado.
"Hyung, baja la voz." Pidió mirando hacia la puerta de la habitación.
No estaban del todo solos.
"Eso... intento." Un nuevo gemido abandono los pálidos labios y los ojos oscuros como la noche lo devoraban completo, apretando su miembro cuando llegaba tocando su próstata de manera brusca.
La cama comenzó a moverse violentamente, las sabanas pegadas a sus cuerpos mientras el mayor mordía con fuerza su labio inferior para no soltar gemidos que los delataran ante nadie, ahogándose con ellos mientras sus ojos se empanaban con el anhelo del orgasmo, mordiendo la barbilla de TaeYong cuando este volvió a descansar su cuerpo sobre el de su acompañante.
El orgasmo los dejó sin aire, las caderas de TaeYong se sacudieron con fuerza y sus ojos se apretaron mientras estrujaba los cabellos chocolate del mayor entre sus dedos, gruñendo bajo de manera grave.
"Quédate así." Pidió el mayor, abrazándolo mientras escondía su rostro en su hombro.
TaeYong no se movió, incapaz de negarle nada a una de las personas que más quería y admiraba en todo el mundo, que formó parte de su vida desde que era apenas un niño de mejillas redondas que jugaba con figurillas de acción.
"Nos pueden encontrar." Trató de hacer entrar en razón al contrario, pero este solo se aferró más. "Tú no eres así."
"Solo... tengo el presentimiento de que algo malo pasará."
"Esto ya es malo, hyung." Le murmuró y el contrario lo aflojó solo un poco, sus ojos perezosos de cortas pestanas mirándolo con seriedad. "Nosotros no deberíamos tener sexo... somos-"
"No lo digas." Pidió, esta vez soltándolo por completo y alejándose para recuperar sus bóxers del suelo. "No arruines así el momento."
"Sabes que es cierto... Daye debe estar fuera y-"
"Tú y yo no somos hermanos, TaeYong."
"Somos hermanos, que no compartamos la misma madre no borra el hecho de que nuestro padre es el mismo."

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POISON ON THE HIPS (TaeDo)
Fanfiction"...sobre cómo estaba destruyendo nuestra pequeña familia en pedazos. Dios no lo perdonaría, eso decían a mis espaldas. Pero cuando veía a mi madre sonreír ante mis preguntas infantiles y decir "Dios es benevolente" sentía que podía tener...