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Permaneció sentado en la sala de la casa de los Jung, la tarde comenzaba a caer y los rayos del sol entraban por los cristales de la ventana calentándole el rostro enrojecido por las lágrimas y la pena. Sus manos habían permanecido sujetando una taza de porcelana que sabía era de las favoritas de la señora Jung.

YoonOh estaba parado a un lado de la puerta mientras lo observaba en silencio; después de confirmarle un poco acerca de cómo habían encontrado a su madre y de donde se encontraba, DongYoung sentía un peso terrible en su pecho. Estaba experimentando tanta culpa y dolor por la pérdida de todos sus recuerdos materiales que no podía expresarlo ni siquiera con palabras.

Las horas apenas parecieron minutos mientras la luna adornaba el cielo y el sol permanecía escondido bajo el manto negro de la noche. No había estrellas y las luces de la casa permanecieron apagadas todo el tiempo... como si nadie estuviese allí más que el mismo. Miró la taza y el agua seguía intacta dentro de la misma junto con la bolsa de té hasta el fondo. Se tomó dos minutos más antes de levantarse y observar la casa a sus espaldas. La puerta que móvil que separaba a la cocina de la sala de estar fue empujada por sus manos y sus ojos que apenas podían adaptarse a la oscuridad miraron alrededor.

"¿YoonOh?" llamó mientras sus pies descalzos avanzaban automáticamente hacía la entrada de la sala donde una figura alta se erguía dándole la espalda "¿YoonOh, pasa algo?" preguntó mientras avanzaba hacia su amigo, el viento entraba por la ventana abierta y le causaba escalofríos a DongYoung.

Cuando estuvo apenas a unos pasos del más alto, paró y miró hacia fuera al igual que él. Había otras personas observándolos con ojos amarillentos y capuchas oscuras. Retrocedió un paso y en ese preciso instante el contrario se giró y DongYoung pegó un grito mientras caía hacia el suelo, reptando hacia atrás con cada paso que la presencia fantasmagórica de YoonOh se acercaba.

Su amigo se inclinó muy cerca de su rostro cuando DongYoung golpeó la pared con uno de sus hombros y no tuvo a donde más retroceder, sus manos acercándose al rostro del contrario mientras una mirada iracunda nublaba sus facciones siempre gentiles "me dejaste... me olvidaste para irte, Dongs" le recordó mientras tomaba su mentón y lo apretaba con fuerza.

El menor alzó sus manos y las colocó en los hombros de YoonOh, empujándolo mientras en el exterior se escuchaban pasos y murmullos. Lloriqueó cuando se vio sometido en el suelo bajo el cuerpo de quien se suponía era su mejor amigo que había comenzado a estrangularlo con lágrimas en los ojos. La confusión pasmó a DongYoung que no veía la coherencia en lo que estaba pasando.

Bajó sus manos al estomago del contrario, volviendo a empujar con fuerza mientras cerraba sus ojos con pavor. Un gemido leve llegó a sus oídos como un susurro del viento y sus manos fueron cubiertas por un liquido vizcoso y cálido. Se sintió confundido mientras temblaba y dejaba de sentir la presión en su cuello. Abrió los ojos y un grito desgarrador abandonó sus labios.

En sus manos un cuchillo de cocina permanecía sostenido y ensangrentado. El rostro de YoonOh lentamente se transformaba en el de su padre... a quien no veía desde hace mucho tiempo. Pareció aullar e dolor mientras su corazón palpitaba demasiado fuerte contra su pecho.

"Me traicionaste, DongYoung... me traicionaron" le dijo mientras tocaba la herida sangrante en su estómago y luego caía a un lado de su cuerpo.

DongYoung volvió a gritar desgarrando su garganta y luego acercándose al cuerpo sobre el suelo, perdiendo sangre de manera alarmante. "Papá... papá, perdón" pidió abrazando el cuerpo frío e inerte.

Otro ruido se escuchó a sus espaldas y antes de que pudiese girar, sus ojos se abrieron y la habitación de invitados de YoonOh lo recibió envuelta en sombras. El sudor escurría por su frente mientras la respiración permanecía errática. Sus brazos y piernas no reaccionaron rápidamente cuando quiso abandonar la cama y simplemente pudo limitarse a escuchar la música que venía de fuera y ver hacia el techo blanco en medio de la oscuridad. Sus ojos se desviaron hacia abajo cuando sintió una ligera presión en su brazo derecho... unas manos con garras inmensas permanecían sobre las suyas, sujetándolo.

POISON ON THE HIPS (TaeDo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora