Me odio, Pero te amo

Capitulo 14

-¿Por qué eres tan grande?- Laura pregunta, sus ojos marrones parpadean inocentemente.

-Porque eres muy pequeña-. Respondo, entretenida.

-¡Oye! No...-Hace una pausa, confundida. -Espera. ¿Cómo nos estamos comunicando?-

-Honestamente, no tengo ni idea, cariño. Pero cuando los vampiros cambian, podemos comunicarnos de alguna manera-.

-Así que algo así como la telepatía-, reflexiona Laura.

-Quizás.-

-¿En que animal me convertí?- Ella gira, tratando de verse a sí misma.

-Eres un pequeño cachorro de leona-.

Laura se anima y su cola se agita feliz. -¿Por qué soy un cachorro y no tan grande como tú?-

-Eres un nuevo vampiro. Es tan pequeño como tú-. Me acuesto y Laura se acerca.

-Aww, apuesto a que eras tan linda. Ojalá pudiera ver una imagen. ¿Ya se habían inventado las cámaras?-

-La primera foto fue tomada en 1814-. Bostecé, el estrés de preocuparme constantemente por ella, más de lo normal finalmente me alcanzaron. -Deja de hacerme sentir vieja-.

-Eres más vieja que el pan rebanado. Y el internet. Y las bombillas. Whoa-. Laura tiene los ojos muy abiertos. -¿Cómo sobreviviste sin internet?-

-Todavía no se inventaba, así que no tenía idea de lo era y lo que puede ser Internet. No sabes lo que te estás perdiendo hasta que lo tienes-.

Eso podría aplicarse a la relación de Laura y mía. Antes de saber que ella existía, no sabía lo buena que podía ser la vida. Cuando la tuve, estaba realmente feliz por primera vez. En mi vida, era una niña pálida y enfermiza, demasiado frágil para que cualquier hombre la reclamara. En mi no muerte, era esclava de la obligación de ayudar a mi madre a alimentar a un dios pez hambriento atrapado en un agujero. Ahora que la he perdido, estar sin ella es agonizante y estar en la misma habitación que ella es una tortura maravillosa de la que nunca me arrepentiré.

Laura se calla y veo a la pequeña leona mirarme. Con una energía nerviosa en la pequeña bola de pelo, junto con la energía que naturalmente tiene después de cambiar, debe ser difícil para ella quedarse quieta. Efectivamente, su pata se estira y me tapa la nariz. Parpadeo y ella se va como una bala, su risa resuena en mi cabeza. Ella corre en círculos a mi alrededor, una pequeña luz dorada que pasa a mi lado cada pocos segundos.

Laura comienza a rascar los árboles cuando se aburre de correr a mi alrededor. Se da vuelta, con los ojos brillantes y agitando la cola. Le iba a mostrar cómo destrozar adecuadamente un árbol con sus garras, pero creo que me he convertido en su próximo objetivo.

Me acuesto de nuevo y ella rápidamente se pone a mi lado y se pone de espaldas. Ella descansa allí, su pequeño cuerpo temblando con la fuerza de su ronroneo. Cambio mi peso, asegurándome de que no se caiga antes de permitirme ronronear también. Me quedo dormida más feliz que en semanas.