Capitulo 17

292 29 0
                                    

Laura está comprensiblemente exhausta, incluso después de que su cachorro duerme (un juego de palabras muy intencionado). Ella todavía está débil después de dar vueltas, así que la obligo a irse a  la cama. De alguna manera, tan cansada como estaba, no deja esa obstinación molesta dentro de ella y sostiene que es mi cabaña, que no debe hacerme dormir en el suelo. Solo me rindo cuando dice que no dormirá hasta que sepa que estoy allí junto a ella (no tiene nada que ver con ese puchero).
Ambos ignoramos las implicaciones de sus palabras, pero no puedo evitar esperar que algún día pueda volver a tenderme a su lado como novias una vez más.
Es una cama individual la que estamos compartiendo. Nunca he invitado a nadie venir aquí conmigo, así que no necesitaba una más grande. Y transportar una cama entera por el bosque suena demasiado agotador, así que no lo haré a menos que sea absolutamente necesario.
Ella se pone el pijama que le doy en el baño y me cambio al mío mientras ella no está. Me meto en la cama, la mitad de mi cuerpo prácticamente colgando de la cama en un intento de darle a Laura tanto espacio como sea posible.
Escucho sus pasos acercándose y escucho cómo ella titubea al borde de la cama antes de entrar. Incluso conmigo a medio mitad de la cama, nuestros cuerpos aún están a centímetros de distancia.
-¿Por qué estas tan alla?- Laura bosteza, volteándose de lado para mirarme. Sus ojos están cerrados. -Eres mi amiga, Carm. Ven aquí-. Dudo, y ella se da cuenta. -Los amigos se acurrucan. Ahora ven aquí-.
Reconozco su voz seria y me acerco, todavía insegura. Ella gruñe, su voz espesa de sueño y agarra mi cuerpo, atrayéndome más cerca. Ella entierra su cabeza en mi hombro y se siente como cuando estábamos saliendo y cuando compartíamos una cama. Menos la relación y los besos soñolientos.
Somos amigas. Recuerda lo que dijo Laura. Sólo somos amigas. Me duermo en silencio repitiendo esas palabras.
*****************************************************************************
Está oscuro donde estoy, más oscuro que el interior de mi ataúd. Ella está aquí, mi única amiga y aliada a través de los siglos. La mano de la culpa está envuelta alrededor de mi garganta, por lo que es imposible respirar. Suplico, mendigando algo que no está claro. Todo es niebla, como estrellas vistas a través de un mal telescopio
En un instante puedo enfocarme. Lágrimas de sangre gotean por mi rostro y lloro, sin molestarme en calmar mis penas. Es mi culpa. Le dije a Laura cómo matarla. Es mi culpa. Alguien está gritando y es tan desgarrador con un dolor tan animal que me lleva un poco a reconocer que los gritos son míos. Muere rápidamente, reemplazado por gemidos silenciosos.
- Mattie, Laura, lo siento. Las maté a las dos-.
Cálidos brazos me rodean y me hago añicos, dejando salir todas mis emociones reprimidas en forma de lágrimas.

Maté a las dos mujeres que más amo.

Me odio, Pero te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora