Capítulo 6

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-¡Naranjita!

-Hola, enano. –Henri corrió hacia mí para abrazarme. –¿Qué haces tú solito aquí?

-Mamá está con Sally en el jardín. – Me fue inevitable no poner mala cara.

¿Qué hacía esa mujer aquí?

-No le digas que llegué, ¿vale? Voy a subir a mi habitación a por unas cosas y luego me marcho.

-¿Por qué no le quieres decir a mamá que estás aquí? ¿Estás enfadada con ella?

-No, Henri. No es con ella.

-¿Entonces es con Sally? –Le revolví el cabello sonriendo para incorporarme.

-Si no dices nada prometo llevarte a conocer a ese chico del que te había hablado.

-¡¿El qué te gustaba?!

-Sí, ese, pero no puedes decir que estuve aquí, ¿vale? –Asintió varias veces con la cabeza. –Muy bien. Ahora vuelve con mamá antes de que sospeche algo.

-¡Te espero el finde para ir a conocer a tu novio!

Me despedí de él con una sonrisa en la boca pensando en lo inteligente que era.

¿Ya daba por hecho que a quien iba a presentarle era mi novio?

No me dirigí a mí habitación hasta que no lo vi a él regresar al jardín trasero.

Realmente había venido a buscar algo de dinero ahorrado que tenía escondido en mi caja fuerte.

Con ésto de que papá se había enfadado conmigo por mi relación con Bradley, me arriesgaba a que mi salario se viera atrozmente perjudicado como castigo.

¿Injusto y poco ético? Lo sé, pero estaba barajando todas las opciones. 

Guardé muy bien el sobre en el interior de mi bolso para poner rumbo nuevamente hacia la salida deseando que nadie me pillara en el camino, pero tampoco tuve tanta suerte en eso. 

-¿Jacie?

-¡Adiós, Amber!

-¡Oye, espera!

-Shh, baja la voz. –Dije acercándome a ella que seguía junto a la puerta. – Henri me dijo que en el jardín estaba Sally.

-¿Henri sabe que estás aquí? ¿Y por qué no me dijo nada?

-Porque le hice prometerme que no lo haría. –Suspiré. –¿Puedo irme antes de que esa vieja metiche me descubra? No tengo ganas de oírla ni verla después de lo que pasó.

-No la llames así, Jacielle. Además, acabo de despedirla, por lo que si sales ahora te la vas a encontrar fuera. –Rodé los ojos en cuanto caminó hacia el salón para que la imitara. – Jerry me dijo que...

-Sabía que ibas a hablarme de eso.

-¿Por qué no me lo contaste? Pensé que éramos amigas.

-¿Para qué? Seguro  que terminarías contándoselo a mi padre tarde o temprano.

-Claro que no. Eso era algo tuyo y ni tu padre ni yo debemos meternos en ello. Es más, discutimos por eso mismo. –Suspiró y enseguida la miré alzando las cejas. 

-Oye, que no tienes porqué defenderme ni nada parecido. Lo último que quiero es que...

-Claro que sí tengo que hacerlo. –Me interrumpió dejándome algo sorprendida. –Soy tu madrastra después de todo, y me parece muy injusto lo que Jerry está haciendo. Sí, vale, al principio puede que no me gustara saber que quien le había roto el corazón a mi mejor amiga ahora estaba con mi hijastra, pero al fin de cuentas, tú no tienes la culpa de nada. Fue Bradley quien le debía lealtad y no tú. 

WANDA, Más Allá Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora