Capítulo 17

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Ni siquiera levanté la cabeza del escritorio cuando mi móvil sonó.

Estaba agotada, no, más que agotada estaba reventada. Ni siquiera sabía cómo me había levantado de la cama para venir a trabajar.

Ahora comenzó a sonar el teléfono del interfono haciéndome resoplar.

-¿Qué quieres, Liza?

-La señorita Mackenzie quiere hablar con usted.

-Pásamela. –Dije apoyando la espalda en la silla a la espera de escuchar la voz de mi amiga.

-¡¿Jacielle?!

-No estoy sorda, Macki. ¿Qué pasa?

-Me hice la prueba de embarazo y dió negativa...

-Oh... Genial, ¿no?

-... –Murmuró no muy convencida.

-¿No estás feliz?

-No... –Volvió a murmurar. –Oliver fue quien me acompañó a comprar la prueba y no sabes lo emocionado que estaba. Ver su cara después de descubrir que no estaba embarazada me partió el corazón...

-Pero tampoco es como si nunca fueras a quedarte embarazada, Macki.

-Lo sé, pero...

-¡Ay!

-¡¿Qué pasa?!

-El maldito dolor de barriga...

-Debiste haber ido ayer al médico, Jacie. Esos dolores no son normales.

-Claro que lo son...

-¿Desde cuando te pasan?

-Siempre me han pasado, pero menos fuertes, exceptuando esta última vez...

-A lo mejor tienes un virus de estómago y no lo sabes.

-Joder, pues que se me quite ya... –Me retorcí de dolor en la silla sin poder evitar quejarme de nuevo.

-¡¿Jacie?! ¡Voy a buscarte para ir al hospital!

-Que no hace fal... ¡Ah!

-¡No te muevas de ahí! ¡¿Me oíste?! –Otra oleada de dolor llegó a mi cuerpo nublandome la vista. –¿Jacielle?

-V-ven rápido...

-¿Lo oye?

-Sí...

-Es muy bajito, pero lo importante es que está vivo.

-¿Hmm? –Fruncí el ceño al sentir algo frío sobre mi estómago y como algo hacia presión en él.

-Estoy aquí, cariño.

-¿Brad? ¿Qué pasa? –Abrí los ojos encontrándome con su esplendida cara.

-Mackenzie me llamó para que viniera directo a aquí. Nos asustaste... –Volví a fruncir el ceño al darme cuenta del hombre con bata blanca que había al otro lado de la habitación.

-¿Estamos en el hospital?

-Sí, te desmayaste en cuanto subiste al coche.

-Así es, señorita McLister. Ahora puede retirarse de la camilla. –Me tendió unas servilletas que Bradley cogió al ver que yo no lo haría para pasarlas por mi barriga que estaba descubierta.

WANDA, Más Allá Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora