Capítulo 2

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-Buenos días, señorita McLister.

-Buenos días. –Le sonreí a mi secretaria para caminar hacia mi despacho.

Sí, ya tenía mi propia secretaria y todo.

Bob se había jubilado hacía dos años dejándome a mí como la encargada en su departamento.

-Jacielle, un momento...

-¿Si?

-El señor Levis la está esperando en su despacho.

-Gracias, que nadie nos moleste. Asintió y enseguida caminé hacia mi despacho rápidamente. –¿Qué haces aquí, Brad?

-¿Aún sigues enfadada por lo de anoche?

-No, pero tampoco tienes porqué venir directamente a mi despacho.

-Eres la jefa, nos reunimos a menudo.

-Sí, y muchas veces no para hablar precisamente. –Suspiré dejando el bolso sobre la mesa para sentarme en el sillón. –No podemos seguir así, Brad. Voy a volverme loca...

-¿Qué estás insinuando, Jacielle? Porque vuelvo a repetirte que si fuera por mí ya hubiera ido a hablar con tu padre hace mucho tiempo.

-Y yo ya te he dicho que no quiero que lo hagas.

-Pues entonces no entiendo de que te estás quejando. –Dijo enfadado. – Porque te estás contradiciendo tú sola, Jacie. Quieres algo que después no estás dispuesta a permitir.

-Porque no quiero que renuncies a toda tu vida por mí. ¿Es qué no entiendes que lo estoy haciendo por tu bien? ¿Cómo crees que me sentiría si te quedaras sin trabajo por mi culpa? No lo voy a permitir, Bradley, no.

-Muy bien. Que conste que la que quiere todo eso eres tú y no yo. Aquí la que está todo el rato quejándose eres tú. –Dio por finalizada la conversación saliendo de mi despacho dando un portazo.

-¡Vete a la mierda! –Grité llevándome las manos a la cara para comenzar a llorar de impotencia.

Me importaba muy poco que los de fuera me escucharan gritar furiosa. Me daba igual lo que pensaran los demás, todo me daba igual en estos momentos.

¿Por qué no podía entenderme? ¿Por qué  no podía comprender mi razonamiento? Lo último que quería en la vida era que renunciara a todo por lo que había trabajado para llegar hasta donde estaba hoy día. ¿Cómo me sentiría yo sabiendo que se quedaría sin trabajo por mi culpa? 

Mi móvil sonó sacándome de mis pensamientos.

El nombre de mi amiga aparecía en la pantalla. 

-¡Hola, Jacie! Solo llamaba para recordarte que hoy iremos a buscar los vestidos para la boda.

-Lo sé, Mack. A las seis y cuarto en la tienda.

-¡Sí! ¿Pero estás bien? Te oigo rara...

-Sí, lo estoy. Te veo después que tengo trabajo.

-Claro, amiga. ¡Adiós! –Colgué resoplando.

Sí, habíais leído bien. Mi mejor amiga Mackenzie se casaba con Oliver después de seis años de relación y cinco de convivencia.

Por fin el chico se había decidido a pedirle matrimonio hacía unos meses atrás y este fin de semana se casarían. Macki estaba que irradiaba felicidad por todos lados.

WANDA, Más Allá Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora