WANDA, Más Allá Del Amor

Capítulo 30

Abrí los ojos despertando tras oír los pequeños sollozos de Wanda.

-Shh, shh, shh... Estoy aquí, bebé. No pasa nada... –Le acaricié la cabecita despacio calmándola. –Solo fue un sueño, estoy segura...

Bostecé estirando el brazo hacia la mesilla de noche para mirar la hora en mi móvil.

Las ocho y diez. ¿Ahora que hacía despierta tan temprano?

Me quejé por lo bajo cerrando los ojos para intentar dormir de nuevo, cosa que no sucedió.

-Joder... –Me puse de pie cogiendo a la bebé para ponerla en la cuna antes de salir al salón donde Brad dormía plácidamente en el sofá.

Suspiré entrando a la cocina para coger un tazón, una cuchara y el paquete de cereales para ir a sentarme a la barra americana de cara al salón.

Rellené el tazón y enseguida comencé a comer iluminada solamente con la luz que entraba del balcón.

Suerte que el sillón era bastante grande y cómodo como para que una persona pudiera dormir en él.

Seguí comiendo sin quitarle la vista de encima pensando en que tendría que ir a comprarme un coche.

El Audi solamente tenía dos plazas y ahora necesitaba uno de cinco plazas con un gran maletero en el que meter todas las cosas y trastos de la niña.

Sin pensarlo, cogí un cereal y se lo lancé a Brad en el brazo acertando de lleno. Él se movió confundido, pero no abrió los ojos en ningún momento. Volví a hacer lo mismo dándole ahora en la frente, cosa que provocó que se llevara la mano a la cara y yo riera.

-¿Eh...?

-Despierta, estoy aburrida.

-¿Jacie?

-No, Pepito grillo. Claro que soy yo.

-¿Y qué haces ahí? ¿Qué hora es?

-Las ocho y algo. Buena hora para despertarse.

-Sí, claro... –Se estiró antes de sentarse. –¿Qué fue lo que me tiraste?

-Un cereal, tampoco es que pese tanto. Tenemos que ir a un concesionario de coches.

-¿Ya me hablas?

-Anoche también te hablaba. Una cosa no quita la otra.

-Ah, muy bien. ¿Qué coche quieres ahora?

-Uno grande y espacioso.

-¿Alguna marca en especial? –Me encogí de hombros recogiendo las cosas de la mesa. –Bien, voy a darme una ducha para irnos.

-Primero debo darle de comer a Wanda y luego vestirme.

-De acuerdo, entonces aprovecharé también para desayunar.

⁂⁂⁂

-También tiene el...

¿Sinceramente? No tenía ni puñetera idea de lo que el empleado decía porque dejé de escucharlo en cuanto mis ojos encontraron aquel coche.

-Si lo que no les convence es el precio...

-No me importa el precio, quiero este. –Sentencié girándome ahora hacia Bradley.

-¿Segura?

-Sí. ¿A qué sí, Wanda? A ella también le gusta. –Reí viendo como la niña movía las manos.