Capítulo 7

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-Debemos quedar en cuanto vuelvas.

-Sí, lo sé. ¡Ahora podemos tener citas dobles! –Gritó haciéndome reír. –Estoy tan contenta por ti, amiga.

-Sí, yo igual a pesar de que me empeñe en decir lo contrario. – Suspiré. –Por una parte siento que me quité un peso de encima.

-Pues yo me lo puse al no contarle a mi madre sobre la boda. ¿Pero sabes qué? Me da igual. Cada loco con su tema...

-Debiste al menos avisarla...

-Bah, sabes que desde un principio no aprobaba mi relación con Oliver, así que tampoco iba a permitir que me casara con él.

-Pero también debe entender que ya eres lo suficientemente mayorcita para saber lo que está bien y lo que está mal.

-Se supone... –La oí murmurar aún no muy convencida.

-¿Mack, que... Oh, creí que ya habías colgado...

-¿Ya acabaste?

-Sí.

-Bueno, amiga. Se nos hace tarde para la cena. ¡Nos vemos en cuanto regrese!

-Sí, Macki. Y saluda a Oli de mi parte.

-Lo haré. ¡Chau!

-Adiós. –Me despedí colgando para dejar el móvil sobre la mesa y girar en mi silla pensativa.

¿Algún día nos casaríamos Bradley y yo? Eso esperaba... Porque yo no pensaba dejarle conocer a ninguna otra chica más.

Y hablando del rey de Roma...

-¡Mi amor!

-Uy, que cariñosa...Sonreí ante su tono extrañado. –¿Estás bien?

-Sí, creo que Mackenzie me pegó sus ñoñerías... –Ambos reímos.

-¿Y qué tal está en su luna de miel?

-Estupendamente. Aunque anda algo preocupada por lo que piensa su madre de su matrimonio.

-Oh, ¿ya se enteró?

-Sí... –Suspiré. –Supongo que eso a mi no me pasará...

-No, pero tenemos a tu padre que no sé yo que es peor.

-¿Significa eso que has pensado en casarte conmigo? –No respondió, dejando la línea en silencio. –¿Brad?

-Llamaba para invitarte a comer... – Fruncí el ceño.

¿De verdad había evadido mi pregunta?

-Estoy ocupada. Nos vemos en casa. – Colgué sin ni siquiera dejarle responder.

Yo también sabía evadir las preguntas.

¿Pero qué se creía?



-Otra botella.

-Creo que ya es suficiente, señorita...

-¡Shh! Para eso estoy pagando, ¿no? Pues ya está. –Saqué unos billetes más para ponerlos sobre la barra junto a la botella vacía de whisky que ya me había bebido. –Anda, mira... –Mi móvil comenzó a sonar como por vigésimo quinta vez. –Una persona diferente al engreído... ¡Hola!

WANDA, Más Allá Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora