—¿Estabas buscándome?—cuestiona el chico en casi un susurro sin apartar sus ojos de los míos.
—Sí—respondo apartando la mirada.—Es que...vengo de parte del periódico escolar, el señor Enríquez me pidió que les hiciera algo parecido a una entrevista a los futbolistas y...creo que sería una buena idea hacerle unas cuantas preguntas al chico del touchdown.—explico recuperando la compostura.—¿Podrías?
—Sí, claro—me ofrece una sonrisa genuina pero me obligo a no hacerla—¿podría vestirme primero?—pregunta cruzándose de brazos. Tengo el impulso de decirle que aferre bien su toalla pero me limito a asentir y luego a salir del vestidor.
Apoyo mi espalda en la pared fría del lugar y unos minutos después los chicos comienzan a desfilar en grupos tal y como hacen en los pasillos de la universidad, agradezco a Dios y a toda su corte de ángeles celestiales el hecho de que parecen haberse olvidado de mí. Aunque supongo que lo que en verdad pasó fue que cada uno de ellos recordó las amenazas de su entrenador. Suelto un bufido de molestia y jugueteo con el gafete del estúpido periódico escolar.
Vuelvo a odiar al señor Enríquez por hacerme esto y prometo pedirle a Dios que cuándo se muera lo envíe directo al infierno por hacer sufrir a sus estudiantes en vida.
—¿Eres nueva en el periódico escolar? ¿En la universidad?—doy un respingo apenas la voz masculina llega hasta mis oídos.—Nunca te había visto por aquí—pongo los ojos en blanco y lo observo detenidamente.
—Hemos compartido el salón de clases desde que entramos en la universidad...—los ojos del chico se abren con sorpresa como sí no pudiese creerse tal revelación y aparta la mirada de mí.
—¿En serio?—niego ofendida.
—Comencemos con la entrevista ¿de acuerdo?—suspiro—sí te soy sincera nunca he hecho esto...ni siquiera pertenezco al maldito periódico escolar, estoy aquí como parte de un jodido castigo, no sé ni siquiera qué demonios debo preguntar o que hacer...—el muchacho ríe un poco mientras se aferra al tirante de su mochila.
—¿Qué tal por lo principal? Enfoquémonos en el touchdown...—asiento.
—¿Qué se siente ser el responsable de haber llevado a tu equipo a ganar uno de los partidos más importantes de la temporada?—parpadea varias veces y luego sonríe de nueva cuenta.
—Lo que voy a decir es algo muy cliché, pero lo diré de todas maneras...no lo hice yo, lo hicimos todos juntos. Sin los pases de mis compañeros no lo habría hecho solo...así que el triunfo es de todos...anotar un touchdown es la mejor cosa que te puede pasar cuándo eres un futbolista de américano, se siente una felicidad inmensa al saber que contribuiste para llevar la victoria a casa...en verdad que no sé como explicarlo para que lo entiendas bien, pero te prometo que la persona que anote un touchdown y no sienta nada debe ser la persona más insensible en el mundo, su corazón debe ser de hielo...—asiento lentamente.—¿Tienes alguna otra pregunta?—inquiere cruzando sus brazos encima de su amplio pecho.
—Eh...no.
—Vaya, de verdad que eres una pésima reportera...—lo fulmino con mi mirada y niego un poco. —...ni siquiera tuviste el sentido común de anotar lo que dije o grabarlo...—suelto un largo suspiro cuando me percato que tiene razón—...buena suerte, chica periódico...
(...)
—¡Es un maldito ególatra!—me quejo un par de horas más tarde cuándo estoy en mi habitación con Selina.
—¡Es guapísimo!—responde ella.
—¡Es un idiota! ¿Chica periódico?—replico.
—¡Es lindísimo!
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DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.
FanfictionLibro uno: DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE. Libro dos: DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO. No choco en las esquinas de los pasillos con chicos guapos con el físico de Dylan O'Brien y con el rostro de Harry Styles. No. Mi enemiga número uno no suele ser...