Estúpido corazón deja de latir de esa manera. Me regaño a mí misma mentalmente mientras me encuentro incapaz de apartar la mirada de Zabdiel.
Todas y cada una de sus palabras retumban en mi cabeza como si fuesen ecos. Nunca en la vida fui una persona que suele ir por la vida demostrando sus sentimientos al resto de las personas que la rodean -a excepción de Selina y mi familia- por lo tanto no encuentro las palabras adecuadas para responder a Zabdiel.
Y quiero hacerlo.
Las personas por lo regular suelen pasar por una especie de temor cuándo hacen cosas nuevas, cuándo es la primera vez que tienen que enfrentarse a algo...yo siento esa clase de miedo en este preciso momento y es tan fuerte e intenso que hace que mis piernas comiencen a temblar ligeramente, que mi jodido corazón no pueda dejar de intentar perforar mi pecho y que mi propia voz se quede atascada en mi garganta mientras me sigo devanando el cerebro para encontrar las palabras correctas.
Me gusta Zabdiel. Eso sí lo sé.
—Zabdiel—exclama Christopher apareciendo de la nada por la esquina del pasillo. Su piel blanca contrasta con el negro de su atuendo y le da un aire de chico malo de película estadounidense, es por eso que le gusta a Selina.
—¿Qué es lo que pasa?—cuestiona el chico en cuestión girándose sobre sus propios talones para poder observarlo.
—El doctor ha salido ya para darle el parte médico a tu familia—añade mirándole. Soy testigo de como el cuerpo de Zabdiel se tensa en un segundo y en una pequeña intención de mostrarle mi apoyo entrelazo su mano con la mía dándole un pequeño apretón.
—Ya vamos...—anuncia el castaño. Christopher me lanza una mirada risueña y luego se marcha dejándonos solos de nueva cuenta.
Zabdiel vuelve a girarse para observarme por lo que parece ser una eternidad y no un segundo y lleva el dorso de mi mano hasta sus labios.
—Me siento de la misma manera—le suelto de golpe.
—¿Qué?—pregunta de manera divertida con fingida duda. Le lanzo una mirada desafiante porque sé que me ha entendido a la perfección.
—Ya lo dije—murmuro sonriéndole un poco.
—Pero no lo he comprendido y me encantaría hacerlo—agrega risueño. Lo miro con el ceño fruncido y ríe en voz baja.
—Oh, claro que lo has hecho.—me quejo.—Pero está bien, te lo repito.—inquiero acercándome a él lentamente, lo suficiente para ser capaz de sentir su respiración cálida chocando contra mis mejillas y haciendo que mi piel de erice pero no tanto como para rozar nuestros labios.
—Te escucho—inquiere sin apartar la mirada de mí.
—Que me siento de la misma manera que tú.—susurro lentamente en el mismo segundo en el que sus labios vuelven a capturar los míos en un pequeño pero lindo beso.
—Ya lo sabía, chica periódico...
(...)
—¿Qué Zabdiel qué?—pregunta Selina dejándose caer descuidadamente en mi cama.
—No te vuelvas loca—pido en vano al tiempo que un grito ahogado se escapa de sus labios.—¡Que no te vuelvas loca, maldita sea!—me quejo cruzándome de brazos.
—A ver Leire, no sé si tú captas...pero es como sí me acabaras de decir que acabas de besuquearte con Shawn Mendes—protesta mirándome fijamente.
—¿Zac Efron, tal vez?—ofrezco de manera divertida y ella ríe.
—Sí, Zac Efron, Harry Styles, Logan, Lerman...Zayn Malik...él que sea, maldita sea. ¡Te besaste con Zabdiel!—exclama totalmente emocionada.
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DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.
FanfictionLibro uno: DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE. Libro dos: DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO. No choco en las esquinas de los pasillos con chicos guapos con el físico de Dylan O'Brien y con el rostro de Harry Styles. No. Mi enemiga número uno no suele ser...