M A R A T Ó N 3/5
Me siento en mi escritorio tomando mi teléfono entre mis manos para observar todas las fotografías que me hice con mi nuevo novio en nuestro día de picnic. ¡Mi novio! Sonrío como tonta y sigo observando detenidamente cada detalle. Los ojos de Zabdiel con esa chispa de alegría que lo caracteriza. Su sonrisa radiante. Suelto un largo suspiro y mi corazón se vuelve a acelerar de manera inmediata.
Aparto la mirada de mi teléfono y me concentro en la libreta que tengo frente a mí. Lo abro de inmediato y voy hasta la última página donde mi lista con las razones para no amar a Zabdiel descansan. Las repaso cada una de manera lenta y me rio de mi misma cuándo me doy cuenta que todo lo he escrito son mentiras. Mentiras que me he estado tratando de hacer creer a mí misma.
Inspiro profundamente y cierro la libreta de golpe. Mi teléfono comienza a sonar y vuelvo a tomarlo para encontrar un nuevo mensaje de texto en mi bandeja de mensajería instantánea.
De: Zabdiel.
Buenas noches, novia preciosa. Descansa y nos vemos mañana en la universidad. Te quiero. Con amor, Zabdiel.
Me rio como boba y suelto un largo suspiro.
Para: Zabdiel.
¡Te quiero más! Descansa, L. xx
(...)
El lunes por la mañana lo primero que hago a la universidad es avanzar hasta mi casillero el par de libros que necesito para la primera clase. Abro la puerta del locker y automáticamente cae a mis pies un sobre amarillo. Me inclino para tomarlo y lo abro cuidadosamente.
Mi corazón se estremece de inmediato cuándo encuentro una tira de fotografías del día de ayer. Una pequeña nota con la letra de Zabdiel queda a mi vista y la tomo cuidadosamente.
Querida Leire:
Esta mañana tengo práctica de fútbol americano pero ayer por la tarde cuándo volvía a casa decidí que era una buena idea tener una fotografía en físico. Elige la que más te guste y la sobrante es para mí.
Te veo en el almuerzo. Con amor, Z.
Me rio en voz baja y vuelvo a guardar las fotografías en el sobre. Coloco los libros de química y matemáticas dentro de mi mochila y vuelvo a cerrar la puerta de metal doy un respingo encontrándome de frente con Selina que me observa con una enorme sonrisa en los labios. Sostiene entre sus manos un par de vasos térmicos de café y una bolsa de papel que supongo contienen esos panecillos de chocolates que tanto amamos.
—¡Ya está! Quiero todo el resumen de lo que pasó en la cita con Zabdiel—me espeta casi a gritos. Algunas chicas giran sus cabezas tal cual la niña del exorcista y le lanzo una mirada suficiencia a Selina.
—¡¿Si quieres puedo llevarte al periódico local para que lo publique es una vez?!—replico cruzándome de brazos.
—¡Deja de hacerme dramas y mejor cuéntame cómo te fue con ese bombonazo!—replica ella tendiéndome un vaso. Lo toma gustosa y le doy un sorbo a mi café.
—Primero dime como te fue a ti con Chris—pido en voz baja. Selina ríe y luego suspira totalmente emocionada.
—No sabes lo lindo que fue—me rio.
—Sí, claramente no lo sé, por eso es que te lo estoy preguntando—repongo apenas comenzamos a trazar nuestro camino en dirección a las aulas.
—¡Me fue increíble!—responde con una mirada soñadora que haría sentir avergonzada a cualquier princesa de Disney.
—Sí, eso es lo que puedo notar—me burlo y sus ojos me escudriñan un momento.
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DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.
FanfictionLibro uno: DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE. Libro dos: DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO. No choco en las esquinas de los pasillos con chicos guapos con el físico de Dylan O'Brien y con el rostro de Harry Styles. No. Mi enemiga número uno no suele ser...