—Déjame ver si te estoy entendiendo... —murmura Selina incapaz de dejar de mirarme.—¿Estás diciéndome que Zabdiel de Jesús, el capitán del equipo de fútbol americano te besó?—inquiere totalmente sorprendida. —¡Que emoción!—chilla abrazando mi almohada con demasiada fuerza.
—¿Emoción? ¡Se aprovechó solamente porque su hermana estaba presente y no podía partirle la cara!—me quejo sentándome a su lado encima de mi cama.
—Vamos, Leire...
—¡Vamos Leire, nada!—replicó poniendo mis ojos en blanco.—Además, no fue un beso en sí...fue en la comisura de los labios, demasiado cerca de la boca...y estaba tan ocupada pensando en una buena manera de frenar la expansión del árbol genealógico de Zabdiel que ni siquiera sentí nada—los ojos castaños de mi mejor amiga se posan encima de los míos y suspira pausadamente.
—¡Pero tuviste contacto directo con él y eso es lo que cuenta!—masculla sonriéndome ampliamente—¿Qué pasó después?—inquiere como si estuviese pidiendo que le contara acerca de una película que vi en el cine.
—Las cosas se tornaron raras y dejamos la investigación para dentro de un par de días...le pedí que me trajera a casa y luego tú apareciste siendo la hermana humana, mayor y perdida de Cheshire.—mascullo y su ceño de frunce de inmediato.
—¡De verdad que eres torpe!—se queja—cualquier chica en tu lugar hubiese aprovechado la situación y le habría partido la boca con un beso—me río.
—Afortunadamente no soy como cualquier chica—replico enarcando una de mis cejas—además...no iba a besarlo con su hermana de seis años siendo testigo—anuncio en medio de un suspiro cansado.
—Ni siquiera me puedo creer que tú, la misma chica que lo aborrece con todas sus fuerzas y que no hace más que hablar puras cosas malas sobre él seas la misma maldita chica afortunada que fuiste a su casa...has logrado mucho más que el resto de toda la población femenina que se le tira a sus pies cada vez que avanza por los pasillos de la universidad y a ti parece darte lo mismo...—hace una pausa—¡reacciona, Leire! En este momento tu mejilla podría ser la cosa más codiciada de toda la MWC—niego—¡quiero arrancártela!—agrega lanzándome una psicópata mirada.
—¿Qué?
—O podrías dejar de ducharte, de esa manera el beso de Zabdiel jamás se irá...—parpadeo un par de veces tratando de comprender quién es ella y que ha hecho con mi mejor amiga, el alma noble que me hace entrar en razón cuando estoy a punto de cometer cualquier estupidez de las que acostumbro. ¡Claramente ella no lo es!
—¡No voy a dejar de ducharme, Selina!—me quejo poniéndome de pie.—¡Fue un beso sin importancia, no le des más vueltas!—deduzco mirándola.
Soy testigo de cómo sus pupilas dilatadas comienzan a vibrar desesperadamente que casi puedo ver como un pequeño sistema de engranajes que trabajan juntos maquinando una loca idea de las que suele tener todo el tiempo, sus labios pintados de rosa chicle se curvan en una pequeña sonrisa maliciosa y mi corazón se estremece.
—¿Entonces no te gusta Zabdiel?—pregunta en voz baja. Frunzo el ceño y niego de inmediato solemnemente.
¡No! ¡No me gusta Zabdiel!—No.
—Sin embargo...él te besó y tú se lo permitiste—murmura como sí se tratase de un investigador privado de Hawaii 5-0 estudiando una escena del crimen -Aunque en realidad no me molestaría si Alex O'loughlin se apareciera en mi puerta para interrogarme-. Reprimo un impulso por decirle de nueva cuenta que no se lo permití, que fue un descuido y que aunque quisiese no podía asesinarlo frente a su hermana de seis años pero prefiero quedarme en silencio por el bien de ambas.
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DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.
FanfictionLibro uno: DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE. Libro dos: DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO. No choco en las esquinas de los pasillos con chicos guapos con el físico de Dylan O'Brien y con el rostro de Harry Styles. No. Mi enemiga número uno no suele ser...