C26: Vulnerabilidad.

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—Dímelo una vez más—pide Selina llevando sus manos a su estomago sin parar de reír

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—Dímelo una vez más—pide Selina llevando sus manos a su estomago sin parar de reír.

—¡Déjame en paz!—replico fulminándola con mi mirada.

—Vamos, Leire—suplica tratando de parar su ataque de risa.

—Que Alex sólo estaba fingiendo. Ese pequeño demonio castaño que es malditamente adorable también es una manipuladora de lo peor. Se fingió estar enferma sólo para que Zabdiel me llevara a su casa—me quejo y Selina vuelve a reír.

—¡Tiene seis años!—reprocha.

—¡Siete!—corrijo de inmediato y mi mejor amiga vuelve a reír.

—Sí, una nena de siete años es tu enemigo potencial—se burla.—No seas ridícula, Leire. Lo que realmente me sorprende es el alcance que esa niña tiene y lo inteligente que es, un par de películas y se armó un plan que de no haber sido por la madre de Christopher hubiese salido a la perfección.—suspira—en un futuro podría ser una buena delincuente juvenil, sólo tiene que pulir ciertos detalles y podría ser una mejor estafadora que los mismísimos jinetes de esa película donde sale el cuerazo de Radcliffe—niego.

—¡Enfócate!—me mofo.

—Cierto—ríe.—Además es obvio que si Zab te besó es porque deseaba ese beso.—hace una pausa—y tú lo respondiste así que es más que obvio que también lo deseabas—explica en medio de un suspiro tomando entre sus manos un cojín de su cama.

—¿Cómo van las cosas con Chris?—pregunto y sus ojos se instalan en los míos.

—Bien, supongo. No somos novios pero supongo que en eso estamos—responde encogiéndose de hombros.—La verdad es que no veo la hora de que venga a pedírmelo, le diría que sí a la primera palabra que salga de sus labios—me rio divertida y niego un poco.—¿Ya les dijiste a tus padres sobre Nueva York?—cuestiona en voz baja para cambiar de tema.

—Sí. Mamá lloró cuatro horas y papá fingió ahogarse con la limonada cuándo se los dije pero finalmente lo hice—suspiro—Fabricio se mantuvo en silencio toda la cena y apenas terminó de cenar se fue a su habitación y no salió hasta el día siguiente—explico negando un poco.

—¿Piensas seguirle aplicando la ley del hielo por el resto de la vida?—pregunta con una sonrisa divertida.

—No. Sólo hasta que se case.—hago una pausa—el día de su boda tendré que ir así que ese día podré retirarle la ley del hielo. Además cuándo tenga hijos quiero poder malcriarlos libremente—Selina me lanza el cojín que se estampa de lleno en mi cara y me río bobamente.

—¡Estúpida!—se queja—Leire...sé que esto es algo por lo que has luchado muchísimo, de verdad...he sido testigo de eso...pero la verdad es que cuándo te vayas te voy a extrañar muchísimo—nuestros ojos se encuentran un segundo y le ofrezco una pequeña sonrisa.

DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora