C21: Comiendo con el enemigo.

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M A R A T Ó N 5/5

Una semana después...

—¿Se puede saber qué es lo que pasa contigo y con tu hermano que no se dirigen la palabra?—cuestiona mamá un sábado por la mañana apenas abro los ojos.

—¿Qué hora es?—pregunto evadiendo la pregunta olímpicamente. Los ojos de mi madre me escudriñan un largo momento.

—Te hice una pregunta, señorita—se queja apoyando el cesto de lo que creo que son calcetines en su cadera.

—Tuvimos una pequeña pelea de gemelos, sólo eso. No es nada del otro mundo y tú mejor que nadie debería de saber que tampoco es la primera vez que lo hacemos—comento incorporándome en la cama y frotándome un ojo con mi puño cerrado.

—Eso lo sé, lo que pasa es que para ser una "pequeña pelea de gemelos" es bastante raro que no se dirijan la palabra. ¿Hasta cuándo van a seguir los dos con esa actitud infantil?—protesta ella.

—No sabría responder a tu pregunta, mamá—susurro simplemente.

—¡Leire! Estoy hablando en serio—protesta mirándome ofendida.

—Yo también estoy hablando muy en serio, mamá—digo jugueteando con uno de los cojines de mi cama—Escucha, ¿Si recuerdas que esta noche Zabdiel viene a cenar a casa...?

—No.—rio—Mi amor, me lo has repetido medio millón de veces durante los últimos dos días, además ¿si recuerdas que fui yo quién te dijo que lo invitaras a cenar, cierto?—me rio un poco.

—No, no lo he olvidado—hago una pausa—Mamá... ¿podrías hacer por favor que Fabricio no esté en la cena?—pregunto inocentemente y sus ojos azules se posan en los míos. Me observa por el par de minutos más largos de mi vida y niega un poco.

—¡Leire!—chilla ofendida.

—Es una broma, es una broma—le digo en voz baja cruzándome de brazos.—Sólo podrías pedirle que no haga el tipo de comentarios idiotas que me ha estado lanzando toda esta semana—ella suelta un largo suspiro y la observo colocar el cesto que apoya sobre su cadera encima de la silla de madera de mi escritorio. Se siente al pie de mi cama y me sonríe un poco.

—¿Tú sabes que yo siempre he tratado de ser amiga tuya y de Fabricio, verdad?—me pregunta de manera lenta como si estuviera tratando de hacer que yo entienda el mensaje.—¿Sabes que siempre puedes venir a contarme todo lo que tú quieras, cierto?—asiento de inmediato.—Entonces ¿me vas a decir que es realmente lo que pasa entre tu hermano y tú? Y no me digas que es una pelea de gemelos tonta y sin sentido porque por años los he visto tener peleas de ese tipo y nunca se habían dejado de hablar durante una semana, Leire... confía en mí, mi amor...

—Bien. No sé que es lo que pasa, mamá. El punto es que el idiota de mi hermano prefiere creer en la palabra de las chicas de la universidad que en la mía, piensa que sí el entrenador le dio una oportunidad para estar dentro del equipo de fútbol es sólo porque es el hermano de la novia del capitán y eso claramente no es cierto—expongo y ella niega un poco—Cuándo eso pasó; Zabdiel y yo ni siquiera éramos novios, mamá...—le explico a toda prisa.

—Tranquila, mi amor. Yo te creo—me dice y yo supero—Así que sólo por eso es tu hermano y tú decidieron aplicarse la ley del hielo por tiempo indefinido—la miró un momento y luego asiento firmemente. —Leire, ustedes son hermanos...son gemelos, yo no sé si de verdad sea cierto lo que dice la gente pero el hecho de ser gemelos hace que la relación que tienen sea todavía más estrecha que la de los hermanos normales. Han sido amigos desde siempre, no sólo los une el lazo de sangre sino también la de la amistad, ¿de verdad crees que es correcto que se estén tratando de esa manera por algo que o vale la pena porque no es verdadero?—cuestiona e voz demasiado baja.

DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora