M A R A T Ó N 2/5
—¿Estás lista para nuestra cita?—cuestiona apartándose de mí.
Y antes de que yo pueda responder algo lo observo abrir la puerta de su auto y bajar. Lo sigo con la mirada como una psicópata hasta que llega a mi lado, abre la puerta y me ofrece su mano. Lo miro a los ojos un par de segundos antes de sonreírle y tomarla.
—¿En dónde estamos?—pregunto aferrándome a su mano.
—Es una especie de prado. Mi mamá y la tía Sabrina solían traernos a mí y a Milo aquí a pasar el rato—responde en voz baja.—Realmente va a encantarte—anuncia con otra sonrisa de modelo de pasta dental.
—Estoy muy segura que si—suspiro y espero a que tome del asiento trasero del auto una mochila que supongo contiene la comida de la que habló.
Zabdiel vuelve a tomar mi mano y me conduce por el sendero flaqueado de enormes árboles que nos rodean. El lugar es lindo, tengo que admitirlo. De inmediato me doy cuenta que se trata del lugar más hermoso en el que he estado alguna vez. Hay pasto verde por todos lados y frente a nosotros se extiende un enorme campo de pequeñas flores amarillas. Mi corazón se acelera y me quedo totalmente quieta tan llena de sorpresa y tan pasmada que reacciono hasta que Zabdiel choca conmigo accidentalmente.
—Lo siento—susurra.—¿Qué es lo que pasa?—cuestiona en voz baja.—¿No te gusta? ¡Ay, no! Por favor no me vayas a decir que eres alérgica a las flores—me rio un poco y niego de inmediato.
—No es eso. Es que...esto es...realmente hermoso, Zabdiel—cometo por lo bajo. Lo observo brevemente me doy cuenta de la hermosa sonrisa que me ofrece.—Gracias por esto—murmuro.
—Sé que no es la gran cosa y tengo por seguro que está hecho con todo mi amor pero...
—Pero para mí es perfecto, no necesito mucho en realidad, Zabdiel...—lo interrumpo y su mano vuelve a acariciar mi mejilla cariñosamente.
—Ven, vayamos a colocar nuestro picnic antes de que la comida termine toda helada.—me rio en voz baja y dejo que entrelace nuestras manos para que me conduzca unos metros más adelante.
Zabdiel coloca la mochila que trajo consigo y saca un mantel a cuadros amarillos, lo extiende en el pasto y luego me hace sentarme mientras él hace lo mismo. Tomo mi celular y comienzo a hacer fotografías del lugar, lo enfoco con mi teléfono y sonrío involuntariamente cuándo lo encuentro tan concentrado ordenando todo minuciosamente que parece haberse olvidado momentáneamente de mi presencia. Le hago una fotografía y luego la observo fijamente sin perder la sonrisa. Definitivamente esta podría ser mi nueva fotografía favorita.
—¿Te gusta la pizza?—cuestiona haciéndome volver de golpe a la realidad.—Realmente espero que te guste...
—En realidad la odio...—respondo y sus ojos se abren con sorpresa. Me rio como la boba que soy y niego divertido—En un apocalipsis zombi todo lo que llevaría sería pizza—una risita se escapa de sus labios.
—Creo que ya entendí el punto—repone sonriéndome.—Pero si me lo preguntas a mí en un apocalipsis zombi yo llevaría a mi mamá, a Alex y a ti...
Siento como mis mejillas se tornan rojizas y mi pulso se acelera de golpe.
Una vez que Zabdiel se convence a sí mismo que todo está en orden se sienta a mi lado y yo lo observo detenidamente sonriéndole un poco. Sus ojos se conectan con los míos y oficialmente lo declaro el culpable de que mi piel se ponga en modo gallina la mayor parte del tiempo. Suelto un pequeño suspiro y apoyo mi cabeza en su hombro. Él ríe en voz baja y besa mi frente.
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DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.
FanfictionLibro uno: DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE. Libro dos: DIEZ RAZONES PARA ESTAR A TU LADO. No choco en las esquinas de los pasillos con chicos guapos con el físico de Dylan O'Brien y con el rostro de Harry Styles. No. Mi enemiga número uno no suele ser...