C23: Mentira descubierta.

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Razón número siete: ¡Eres un imbécil mentiroso!

Escribo furiosamente oprimiendo con todas mis fuerzas el punto del signo de exclamación hasta que la punta de mi lápiz se rompe. Suelto un prolongado suspiro y observo detenidamente las siete razones que tengo escritas en mi libreta. Niego levemente y la cierro de golpe al mismo tiempo que la puerta de mi habitación se abre de golpe.

Me giro en la silla cuidándome no irme de viaje al suelo sólo para encontrarme con la mirada furiosa de Selina, se cruza de brazos y me lanza ese tipo de mirada que haría que la piel del mismísimo Mike Tyson se erizara de miedo.

—¿Se puede saber cómo demonios está eso de que te vas?—me espeta entre dientes.

—Christopher ya te lo dijo—murmuro sin apartar la mirada de ella.

—Exactamente, Christopher me lo dijo cuándo en realidad me lo tendrías que haber dicho tú—me reprocha.—Leire por el amor de Dios, no puedes irte. ¿Qué es lo que pasa contigo?

—Me concedieron la plaza de intercambio en Nueva York—anuncio ofreciéndole una pequeña sonrisa totalmente falsa. Selina se queda callada y sus ojos se abren llenos de sorpresa como sí no pudiese creerse lo que le estoy diciendo.

Y yo tampoco puedo creerlo.

—¿Qué? Espera un segundo, pensé que habías dicho que...Dios mío, me siento una idiota—susurra sentándose en el filo de mi cama.—Por un segundo pensé que lo habías dicho sólo por lo que había pasado con Zabdiel, aunque en realidad no termino de comprender que fue lo que pasó con él...Christopher me contó que hoy no asistió a la práctica de la tarde, le dijo al entrenador que se sentía mal o algo así...

Aparto la mirada incapaz de mirarla a los ojos, porque sé que sí lo hago romperé en llanto y eso es lo que menos quiero. No ahora.

—Ah...

—¿De verdad no vas a hablar con él nunca más?—me pregunta en voz baja.

—No tengo idea...

Lo primero que veo cuándo entro en casa es a Copito ladrando en dirección a mi totalmente excitado moviendo la cola de un lado a otro

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Lo primero que veo cuándo entro en casa es a Copito ladrando en dirección a mi totalmente excitado moviendo la cola de un lado a otro. Me pongo de rodillas para acariciar su cabeza y me rio cuándo comienza a soltar gemidos de placer.

—Hola—murmuro ignorando el hecho de que estoy hablándole al perro.

—Pensé que habías dicho que tenías practica de americano después de clases—inquiere mamá apareciendo por la puerta que conduce al comedor con un recipiente de vidrio en la mano.

—Tengo dolor de cabeza—respondo incorporándome.

—¿Si? ¿Realmente el entrenador te creyó eso? Porque déjame decirte hijo mío que eres un pésimo actor, eso ni siquiera tú te lo crees.—hace una pausa observándome con esa mirada de mamá que haría que hasta el criminal más frío y calculador confesara sus fechorías—¿Qué es lo que realmente pasa? Desde que entraste en el equipo no has faltado a un entrenamiento ni una sola vez así que si el día de hoy lo estás haciendo es porque algo realmente muy malo debió haber pasado...

DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora