The same mistake (Harry Styles)

No puedo

Llevaba un rato llorando cuando oí unos pequeños golpecitos en la ventana que estaba a mi derecha. Miré hacía ella con la mirada difuminada por culpa de las lágrimas y divisé la figura que tanto conocía.

- Ábreme - pidió. Negué con la cabeza y le oí suspirar- Vamos Hannah, ábreme - me quité las lágrimas y le abrí.

Harry no dijo nada solamente pasó sus brazos alrededor de mi cuerpo. Mi respiración comenzó a volverse normal y me atreví a mirarle a los ojos que en esos momentos se veían totalmente diferentes, ese brillo se había ido y ahora irradiaban preocupación.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó apartando un par de mechones de mi cara

- No sé si puedo con esto - susurré. Lo había estado pensando, tal vez era demasiada presión para mí. Tenía que lidiar con los fotógrafos pero no solo con eso si no también con las fans, las ex, las críticas y los cotilleos. Cuando salí y me encontré con millones de flases lo vi todo claro, no podía con esta presión, alguien como yo acostumbrada a la vida tranquila y pacífica no podía con ese mundo.

- ¿De qué estás hablando?

- De lo nuestro Harry, son demasiadas cosas - el castaño bufó abandonando mis manos para pasar las suyas por sus rizos engominados.

- Si es por lo de Taylor

- No Harry -le corté- no es solo por Taylor, es todo. Sé que suena realmente estúpido y precipitado pero yo soy así y no puedo cambiar al igual que no puedo soportar esto. Mañana no podré soportar despertar y ver mi cara en todas partes o parecer cómo una de tus nuevas conquistas. Sé que no soy eso, Harry, al igual que sé que me quieres pero no puedo -rompí a llorar de nuevo, Harry intentó abrazarme pero le detuve con la mano- no soportaría despertarme cada día con miedo a qué dirán o qué harán esta vez

- ¿Estás rompiendo conmigo? - preguntó con un hilo de voz.

- Necesitamos darnos un tiempo - susurré. Un quejido inesperado salió de sus labios clavándose en mi corazón. Le estaba haciendo daño pero no podía hacerlo de otra manera, no al menos en estos momentos.

- Supongo que es lo mejor por ahora - me miró y asentí. Me había quedado sin palabras, me había dejado sin palabras. Mi corazón decía una cosa y mi cabeza otra y por desgracia le estaba haciendo caso a mi cabeza.

Harry asintió y se desplazó al asiento delantero poniendo en marcha el coche y llevándome a casa. Allí me dejó en la puerta y se dirigió a su cuarto bajando al rato con una bolsa de equipaje.

- ¿Dónde te quedarás? - pregunté al verle bajar las escaleras.

- Le envié un mensaje a Gemma y me quedaré allí hasta que el martes nos vayamos a Nueva York - en esos instantes lo recordé. Harry y los chicos tenían un concierto benéfico en dos días.

- Está bien - murmuré. Harry asintió con la mirada baja y salió de la casa sin mirarme.

No sabía si en esos momentos me dolía más el hecho de haber roto lo que posiblemente era lo mejor que me había pasado nunca o el hecho de verle totalmente destruido.

Subí a mi cuarto y me tiré en la cama sin quitarme la ropa de la noche anterior cosa que maldecí al día siguiente cuando amanecí.

La casa estaba sumida en un silencio sepulcral que me mataba a cada segundo ¿cómo la ausencia de una persona podía doler tanto? Me había acostumbrado tanto a tener a Harry detrás que ahora se me haría imposible.

- ¿Cómo estás? - la dulce y melosa voz de Louis se oyó por toda la casa.

- Paso palabra - murmuré con la vista fija en la gran televisión que en esos momentos estaba apagada.