Epílogo

729 36 14
                                    

Cinco años después

Estoy sentada en el gran sofá que compramos Harry y yo en aquella vieja tienda de antigüedades en Nueva York durante nuestra luna de miel. Habíamos comprado una casa cerca del centro de Londres y decidimos amueblar nosotros mismos la vivienda para hacerla más nuestra y nos sintiésemos más cómodos.

Después de que decidiese volver con él comenzamos una nueva vida, las cosas iban cada vez mejor entre nosotros hasta que decidió pedirme matrimonio. Tanto él como yo estábamos demasiado nerviosos aquella noche puesto que Harry no era el único que tenía que darme una noticia.

- Hannah -susurró, entrando por la puerta de la cocina mientras yo acababa de meter los cupcakes al horno- Sé que no es la manera más bonita, ni la más romántica del mundo pero no puedo esperar ni un segundo

Tapé mi boca, ahogando un grito de sorpresa, cuando de su sudadera gris sacó una caja de terciopelo azul oscura que guardaba un preciosísimo anillo de oro rosado con diamantes. No pude aguantarme las lágrimas y salieron cómo dos ríos corriendo por mis mejillas mientras que Harry me susurraba lo muchísimo que me amaba.

- Es precioso - susurré aún más asombrada cuando vi semejante joya adornando mi anular.

- No se puede comparar contigo

Sonreí y besé sus labios con dulzura y deleite, no era consciente de que aquello realmente me estaba pasando a mí y mucho menos después de lo que Harry y yo habíamos pasado pero por fin, habíamos arreglado nuestras diferencias.

- No eres el único que tiene que dar una sorpresa -dije entusiasmada al ver cómo sus ojos verdes brillaban asombrados- Aunque mi regalo tarde algunos meses en llegar

Justo en ese instante, cuando Harry abrió los ojos y me tocó la tripa, cerré yo los mios permitiendome el placer de disfrutar de aquello.

Sonrío recordando aquel momento y todos los anteriores y posteriores compartidos con Harry. Miro al pequeño Adrien que dibuja sobre la mesita de café, de espaldas se parece muchísimo a Harry, ya que tiene el pelo rizado y oscuro como él.

- ¿Qué dibujas, cielo? - le pregunto, consiguiendo que se gire y me sonría.

Ahí está el parecido a mí; tiene unos grandísimos ojos marrones con algunas pecas en las mejillas, la nariz es mía aunque los labios son de su padre.

- Un árbol - contesta seguro de sí mismo. Coge el dibujo y se acerca a mí para enseñármelo.

Sonrío cómo una tonta y me lleno de orgullo al ver que el árbol no está mal dibujado. Adrien siempre está dibujando cualquier cosa por lo que supongo que eso también lo ha heredado de mí.

- ¡Es precioso!  - alago, consiguiendo que mi hijo sonría y aparezcan los hoyuelos.

Adrien se queda fijo mirando a través de la ventana y me mira con esos ojos que tienen ganas de verlo y saberlo todo.

- ¿Va a nevar, mamá?

- Tal vez cuando venga Papá Noel esta noche

Adrien asiente satisfecho con mi respuesta y regresa a la mesa para seguir dibujando.

La casa está en completo silencio pero sé que no tardará mucho en llenarse de gente y alboroto. Cada año celebramos el 24 de diciembre en una casa diferente y este año nos ha tocado a nosotros por lo que los chicos no tardarán en venir.

El timbre nos pilla a los dos por sorpresa provocando que Adrien suelte rápidamente los lapiceros y chille entusiasmado.

- ¡Ya están aquí! - grita mientras coge mi mano y me obliga a levantarme del sofá para ir con él a abrir la puerta.

- Antes tenemos que recoger tus lapiceros

- Lo haré después - promete dando pequeños saltitos.

Me pongo seria pero él esconde su labio superior con el inferior y me mira con ternura. Me deshago ante la mirada de mi hijo y camino hasta la puerta de su mano mientras me dice lo mucho que me quiere y la mamá super buena que soy.

- ¡Liam! - chilla Adrien tirándose a sus brazos.

Oigo pasos a mis espaldas y sonrío cuando noto su respiración en mi cuello, sus rizos mojados por la ducha me hacen cosquillas en la mejilla.

- Estás preciosa - me dice Harry pasando uno de sus brazos por mi cintura y rodeándome por la espalda.

- Tú sí que estás guapo

Me besa en los labios y se separa de mí para saludar a Liam y a Martha, quienes llevan saliendo tres años y la verdad es que se les ve muy felices juntos. Junto con Niall y Vannesa, forman el grupo de los no casados aunque sí comprometidos.

Saludo a los dos y les invito a pasar. Estoy a punto de cerrar de nuevo la puerta cuando oigo cómo dos preciosísimas niñas gritan mi nombre.

Agnés y Aline, las gemelas de Louis y Eleanor, se acercan corriendo para entrar en casa porque según ellas hace un frío espantoso.

Louis se queda conmigo en la puerta mientras que Eleanor, tras saludarme, busca a las niñas para quitarle los abrigos y los gorros de lana.

- Cómo pasa el tiempo - dice Louis a mi lado mientras que vemos aparecer el coche blanco de Zayn, dónde deberán ir los que faltan.

- Ya eres un viejo -bromeo, abrazándome a él- Feliz cumpleaños

- Nunca me imaginé en esta situación -susurra melancólico. Le miro frunciendo el ceño y él me regala una de sus típicas sonrisas- Tenía miedo de no ser capaz de formar una familia pero mira por dónde, tengo una mujer preciosa, dos niñas hermosas y los mejores amigos del mundo

Noto cómo las mejillas comienzan a picarme y tengo que parpadear rápidamente para evitar derramar alguna lágrima. Louis me sonríe y me abraza.

- Gracias por volver con Harry -me susurra al oído- Gracias por darle lo que se merece

Aquellas palabras me encojen el corazón y aprieto más mi abrazo, haciendo que aquel momento sea duradero.

- ¡Feliz cumpleaños boo bear! - dice April en brazos de su padre.

Louis pone cara de horror pero rompe a reír cuando la niña le saca la lengua.

Cuando han llegado todos nos disponemos a cenar en la gran mesa del salón. Desde la perspectiva que estoy puedo ver perfectamente a todos y sonrío feliz por la oportunidad que me ha dado la vida de conocer a todas y cada una de estas personas.

Sin duda, viajar a Londres y conocer a Harry había sido lo mejor que me había pasado en la vida porque gracias a él había conocido a los chicos y las chicas, y además había tenido a Adrien.

- Un brindis por nosotros - propone Nial alzando su copa.

Todos nos ponemos en pie y hacemos el brindis. Cuando nos sentamos de nuevo una locura recorre mi mente y no puedo evitar pararla.

- Un brindis por el error más bonito de mi vida - murmuro mirando a Harry.

Sus labios se despegan y de ellos salen un te amo que se clava en mi corazón y se tatúa en mi mente.

Esta es la vida que siempre había soñado y ahora, la estoy viviendo.

--

¡Ya se ha acabado!

Hasta aquí la historia entre Hannah y Harry. Espero que os haya gustado, que la hayáis disfrutado tanto como yo escribiendola. Quiero que por ser él último capítulo me digáis que os ha parecido la historia, un breme resumen y eso, porque de verdad, quiero saber si os ha gustado o no.

Muchas gracias a todas esas personas que me han ayudado y apoyado y por supuesto, a vosotros por leer.

Nos vemos en mis otras historias.

Gracias.

The same mistake (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora