¿Amigos? ¿Qué es eso?

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Llegamos al lugar de la fiesta y la música se oía desde la calle. Estaba en un barrio a las afueras por lo que la puerta estaba abierta dejando pasar a cualquiera.

Stell aparcó demasiado lejos pero según ella lo único que quería era proteger su amado coche de posibles borrachos inútiles.

- No sabes la de cosas que se pueden ver aquí - aseguró guardando algo rápidamente en su bolso.

- ¿Qué era eso? - pregunté. Stell me miró sonriente mientras se tocaba reiteradas veces el pelo.

- ¿Qué va a ser? -río falsamente- ¡Brillo de labios!

Sonreí y asentí. Tenía razón, aquello tenía forma de barra de labios, tenía que dejar de montarme mis propias paranoias. Estaba allí para pasármelo bien, nada más.

El jardín delantero estaba lleno de gente y los vasos de plástico rojos cubrían gran parte del suelo.

- ¿Cuándo ha empezado? - pregunté cuando cruzábamos el umbral, un fuerte olor a marihuana inundó mis fosas nasales.

- Creo que a las siete o las ocho de la tarde -dijo Stell a mi lado- No sé, no importa ¿no?

La miré arrugando la frente y ella me sonrió nerviosa. ¿Por qué estaba tan nerviosa?

- ¿Pasa algo? -pregunté, rocé ligeramente su brazo y ella dio un pequeño saltito- ¿Estás bien?

Estaba preocupada por las reacciones que mi mejor amiga estaba teniendo. No entendía el porqué de tanto nerviosismo.

- ¿No te habrás metido algo? - susurré, recordando cómo me había sacado casi a rastras del jardín donde se celebrara la boda de Zayn.

- ¿Qué? -rió pero su risa era nerviosa. Arrugué el entrecejo y ella pareció relajarse cuando vio a Mike aparecer con dos vasos rojos- ¡Mike!

- ¡Chicas! -gritó alegre acercándose a nosotras- ¿Cómo estáis?

- Alucinadas - contestó rápidamente Stell.

Si las miradas matasen, Stell habría fallecido en aquel mismo instante.

- Normal -masculló Mike intentando que pasase por alto su mirada matadora a su prima- ¿Os apetece cerveza?

- Vale - decidí meterme en la conversación tan tensa que estaban manteniendo. Mike sonrió y me pasó uno de sus vasos no sin antes mirarlo detenidamente.

Qué raros están hoy, pensé mientras dirigía el vaso de plástico a mis labios y bebía del líquido amarillento que contenía.

- Está buena - dije algo cohibida al comprobar como los dos no me quitaban la mirada de encima.

- Sí - dijo Mike sonriendo y acercándose para coger mi cintura.

- Sí, claro - Stell sonrió algo más tranquila mientras sus ojos recorrían el lugar.

Había demasiadas personas en la casa, algunas disfrutando de la música en la improvisada pista de baile, otros fumando y hablando tranquilamente, y otros, ocupados en asuntos más importantes.

- Voy a buscar a Cameron - dijo Stell desapareciendo rápidamente.

Miré a Mike y este al darse cuenta sonrió estrechando aún más su agarre.

- ¿Te he dicho que te queda precioso ese vestido? - susurró con voz melosa a la vez que rozaba sus labios cuidadosamente con la parte trasera de mi oreja.

- ¿Te he dicho que siempre le dices lo mismo a todas? - susurré con una sonrisa de oreja a oreja.

- Tú no eres cómo las demás

The same mistake (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora