— ¿De nuevo? —cuestionó preocupado.
— Sí, es la cuarta vez en el mes. Tengo que ir a verla y llevar el dinero para que le den lo necesario y que se mejore.
— ¿Ahora?
— No, iré en la noche. Cuando nadie me vea salir...
— ¿Por qué para que nadie te vea? Puedes salir por la puerta principal.
— ¡No me dejarán!
— Claro que sí...
— ¡No, James! He salido los tres fines de semana más las tres veces que Connie se ha puesto mal. Ya son seis en el mes, no me dejarán más.
— ¿Te escaparás?
— No tengo de otra...
— ¡Te acompañaré!
— No tienes por qué... qué tal si nos descubren, no quiero meterte en un problema.
— Betzabeth, prometí ayudarte en todo y eso es lo que voy a hacer.
— Bien, pero pide permiso a ti sí te lo darán. No quiero que te metas en problemas por mi culpa.
— De acuerdo, llamaré a mi mamá para que me pida permiso.
— Ella me odia, no dejará que vayas conmigo.
— ¡Tiene que entender de una vez por todas! Además, la vida de una niña está en juego.
— Ok, pero sólo por esta vez.James agarró su celular y se sentó en la cama a esperar a que la mamá le contestara. Yo me acerqué al escritorio y prendí nuevamente la computadora.
Abrí la página del banco y entré a la cuenta de mi mamá, sólo tenía 985 dólares. ¿Cómo se supone que consiga el resto del dinero en unas cuantas horas? Estaba demasiado frustrada, no sabía qué hacer.— ¿Qué sucede? —se paró detrás de mí.
— Mi mamá sólo tiene $985 en el banco... y debe pagar $2.000
— ¿2.000 dólares?
— Sí
— ¿Y de dónde piensas sacar el resto?
— No lo sé... ¿Qué tal si trabajo?
— No te pagarán mil dólares por trabajar un día... o más bien, unas horas.
— ¡Mil dólares! ¡Eso es!
— ¿Ahora qué se te ocurrió?
— ¡Me dan mil dólares cada mes por la beca!
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Betzabeth.
Teen Fiction- ¿Y la violencia es la mejor forma de resolver las cosas? - Muchas veces sí -respondí fría.