Una pareja no tan dispareja.

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 Primero que todo, quiero agradecerles a  todos quienes se dan el tiempo de entrar y leer mi historia. Realmente cada "leído", cada voto y comentario vale muchísimo.

  

 "Nuestra primera noche juntos"

  Rae aún no lo sabía, pero yo también tenía un diario. Tras conocerla y comenzar a sentir cosas por ella tan de repente, necesité una manera de desahogarme. Ahora me resultaba más cómodo de lo que jamás pudo parecerme otra cosa, y es que cada vez que por mi mente pasaba algún tipo de pensamiento profundo, lo escribía. Me gustaba.

  Como por ejemplo, lo que escribí tras regresar de casa de Rae después de lo más importante que pasó entre nosotros durante el tiempo en que éramos novios. Eran demasiadas sensaciones bonitas; era todo demasiado perfecto.

  Querido diario:

  Hace sólo unas horas volví de casa de Rae. Hicimos el amor por primera vez.

  La sonrisa que tengo justo ahora llega a ser ridícula, por lo que por nada del mundo me gustaría que alguien entrara a mi habitación y me viera.

  Yo ya no era virgen desde hace algún tiempo, pero, aunque mi primera vez fue importante por el simple hecho de ser mi primera vez, no podía compararse a la noche que pasé con Rae.

  Es fuerte, buena y graciosa. Para muchos, incluida ella, no es bonita, pero para mí sí. Y junto a ella había descubierto que el sexo no se trataba de peso ni de cuerpos esculturales, y es que desde que la conocí, lo que más deseé fue tenerla lo más cerca posible de mí, incluso en un simple abrazo en el que arqueaba la espalda y me lanzaba hacia delante para rozarla siquiera un poco.

  Su pelo olía a champú de bebé, mientras que su piel tenía un pequeño toque de vainilla.

  La madre de Rae junto a su esposo Karim habían salido a un restaurante para después ir a bailar. Según me había dicho Rae, no regresarían, porque a la bebé la estaba cuidando la mejor amiga de la señora Earl, una mujer un tanto mayor a quien difícilmente irían a molestar a media noche para buscar a la recién nacida.

  Para cualquier otra persona, que un matrimonio dejara a su hija unas noches después de nacer podría parecerle atroz, pero, para mí no era de aquel modo. Los últimos días fueron realmente complicados, por lo que se merecían un tiempo solos para disfrutar el uno del otro. La señora Earl era muy apasionada; supongo que aquello Rae lo heredó de ella.

  Estoy orgulloso de ella; demasiado. La forma brusca en la que quitó mi mano de las amarras de su bata, sólo porque quería ser ella misma quien lo hiciera. Sus ojos mostraban miedo, sin embargo, incluso cuando sonreía. Pero cuando la vi, con esa lencería escogida sólo para mí, sonreí. Toda la timidez que pude sentir alguna vez se había esfumado.

  Fuimos avanzando lentamente. No quería lastimarla, llegando a ser enfermizo en algún punto por lo excesivamente cuidadoso que deseaba ser.

-Te amo –susurré en su oído, una vez que estuvimos entre las sábanas de su cama.

-¡Hablaste! –levantó las cejas como acostumbraba.

-Si no te gusta, puedo volver a escribir en tu espalda –propuse. Sonrió y se acercó a mi rostro para besarme.

-Te amo –me dijo de vuelta.

  Entonces la vi. Esa mirada que me decía lo que estuve esperando desde que me enteré de lo disconforme que estaba consigo misma. Se sentía bella. Se sentía completa.

  Y yo por mi parte, me sentía feliz al saber que yo era la razón por la que se sentía de aquel modo.

  Me sentía feliz también al saber que su primera vez había sido conmigo, con alguien que la amaba sinceramente, con cada uno de los defectos que ella veía en sí misma; defectos que por mi parte  veía como lo que la hacían la Rae del que yo caí rendido de amor.

Una pareja no tan dispareja -My mad fat diary (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora