Los días pasaban y Archie seguía sin recobrar la conciencia, lo cual me mantenía cada vez más tenso.
Chop continuaba trabajando como mecánico, lo cual de alguna u otra forma lo distraía bastante. Además, tenía a Izzy. Le hacía muy bien, lo mantenía con los pies en la tierra y lo ayudaba a disfrutar de lo simple en vez de desear andar de fiesta en fiesta sin saber en dónde se encontraba a la mañana siguiente. Hasta hacía unos días tenía la misma actitud positiva suya, pero ahora hasta lo simple me recordaba a dos de las personas que más quería en la vida y mi mente se encargaba de mostrarme lo peor relacionado con ellos.
Chloe, por su parte, seguía en lo suyo. Continuaba siendo atractiva y luciendo como un festín para la mayoría de los chicos de Stamford. También seguía llenándole la cabeza a Rae de cosas como "Finn nunca te quiso", "Finn es lo peor que hay", "Finn sólo te usó." Y su mente resultaba ser tan poderosa, que no estaba muy convencido de si Rae lograría mantenerse al margen de su influencia. Quizás hasta podría estar ya pensando en que no soy muy distinto a los patanes con los que se había encontrado antes.
Archie, a pesar de como pudiera encontrarse, seguía siendo una pieza clave en la pandilla; incluso Rae que parecía bastante ajena en el último tiempo. Ella era el pegamento; yo sólo lo que nos había distanciado.
Había decidido no ir más al bar en que nos presentaron por primera vez. Suponía que yo estaría allí cada vez que se acercara al lugar. Tenía la loca idea en la cabeza de que yo la estaba siguiendo como un ex enfermizo y loco.
Que quisiera hacerlo, no me convertía en uno.
Que quisiera verla a cada segundo del día, tampoco me convertía en uno.
Que la amara con cada latido de mi corazón y cada día más, tampoco me convertía en uno.
Desde hace mucho tiempo estaba loco por ella, sin embargo, y la verdad era que no quería dejar de estarlo.
Una tarde, mientras me dirigía a la cancha del instituto y varias chicas comenzaban a hostigarme, escuché su voz. La misma voz suave que me susurraba cosas lindas hace tan sólo semanas atrás.
-Finn -repitió al creer que no la había escuchado.
¡Pero por supuesto que lo había hecho! El detalle estaba en que no creía que pudiera estar hablándome después de lo acontecido hasta ese momento.
-Rae -respondí, cabeza gacha.
No me di cuenta de que llevaba algo colgando en sus manos estiradas tras su espalda.
-Esto es tuyo -extendió una bolsa transparente. Adentro estaba mi chaqueta de cuero. Recordé cuando la guardé entre sus cosas como símbolo oficial de nuestra reconciliación.
-Quédatela, Rae.
-Pero tú y yo...
-Terminamos -dije secamente-, pero te la regalé. Es tuya.
-No creo que sea lo mejor, considerando cómo terminamos -comentó, con un hilo de voz.
-No creo que quieras quedarte con los malos recuerdos, Rae -estudié su mirada. Sus grandes ojos también buscaban los míos.
-La verdad es que no.
-Entonces recuerda lo bueno, lo bello y lo mejor que vivimos juntos -le pedí.
Sonrió.
Estaba recordando cosas, cosas buenas.
-¿Ves?
-¿Ver qué? -se rascó la nuca.
-Estás sonriendo. Y si sonríes al recordar lo que vivimos mientras la usabas, me rehuso a aceptarla de vuelta y que se te borre esa linda sonrisa del rostro.
ESTÁS LEYENDO
Una pareja no tan dispareja -My mad fat diary (TERMINADA)
Teen FictionFinn Nelson había llegado a cambiar la vida de Rae Earl, de la misma forma en que Rae Earl llegado a cambiar la suya. Parecían diferentes a la vista de todos, casi de mundos opuestos, pero la verdad no era tan así. Juntos descubrirían de qué se tr...