Evan definitivamente era lo mejor que pudo llegar a la vida de Chloe después de haber estado buscando durante tanto tiempo al chico correcto. Era atento, caballero, dulce y, según decía ella, tan atractivo que habría quemado el mismo infierno.
Lo que más me impresionó, fue saber que ella le había hablado de la baja autoestima que solía tener y con la cual muchas veces debía seguir luchando. Él, por supuesto aunque con delicadeza a pesar de todo, rió. Chloe era hermosa; todos éramos conscientes de ello, y Evan quería hacer lo posible para hacérselo saber.
Recordaba perfectamente la vez en que nos citó a todos en la cafetería para hablarnos de algo muy serio, tal como nos reunimos cuando Rae nos contó sobre su estadía en el centro de rehabilitación. Chloe había estado perdida durante días. Estuvo con unos chicos mayores, alcoholizándose hasta perder la consciencia, satisfaciendo lo que ella decía, eran necesidades. La impotencia ese día me invadió, pues uno de esos chicos se estuvo mostrando muy cercano a Rae en la feria a la cual fui con Olivia. Ni siquiera nos saludamos esa noche, pues ella a los minutos se fue con él. No pude evitar pensar que me había olvidado, o que por otra parte intentaría olvidarme haciendo algo con él.
Pero no fue sino hasta esa mañana en la cafetería que Rae se decidió a hablarme más sobre esa noche; que Chloe se atreviera a sacar el tema una vez más sintiéndose segura junto a su novio, supongo que la llevó a querer ser completamente sincera conmigo también.
Estábamos en el parque, varios niños pequeños jugaban cerca de nosotros, por lo que tuve que contenerme para no gritar con furia. Apreté mis puños con fuerza y los dirigí contra la madera. Era tanta la tensión, que no me dolió ni un poco a pesar de que la sangre comenzó a correr de inmediato.
Un tipo había intentado abusar de ella, mientras yo me andaba paseando por un maldito parque de la mano con alguien a quien solo estaba usando porque no conseguía sacármela de la cabeza.
-No, por favor dime que eso no es cierto -susurré.
-Quisiera decir que no, pero así fue.
-¿¡Y Chloe no hizo nada!? -subí la voz. Un niño de no más de cinco años me miró asustado.
-Finn...
-Sí, sí lo sé, pero...
-Ella estaba lo bastante mal también como para darse cuenta, ¿no lo crees?
-Sí, pero... -repetí.
-Entiendo que quieras protegerme; esa es una de las cosas que más me gustan de ti, supongo, pero no se puede colocar el bienestar de otros por detrás -suspiró-. Ya no lo hago más. En ese tiempo me comporté de forma muy egoísta con ella, ¿sabes?
-Sólo dime que ese idiota no te hizo nada; sólo dime eso, por favor -murmuré, casi suplicando.
-No, no me hizo nada.
Al regresar con la pandilla les hablamos del curso de locución. Al instante comenzaron a gritar y a molestarnos por el tiempo en que estaríamos absolutamente solos, pero apenas les dijimos que su duración era de un mes, sus sonrisas se desvanecieron.
-Entonces durante un mes Lincolnshire será todavía más aburrido de lo que ya es -soltó Archie.
-¡Oh, Rae! -Izzy la abrazó con mucha fuerza-. ¡Para soportar a este idiota necesito de mis dos mejores amigas!
-¡Oh, Gracias! -dijo Chop.
-En serio los extrañaremos -se unió Chloe.
-Tú tienes a Evan -comentó Archie-. También nos olvidaste -hizo una mueca extraña e intentó no colocarse a reír.
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Una pareja no tan dispareja -My mad fat diary (TERMINADA)
Teen FictionFinn Nelson había llegado a cambiar la vida de Rae Earl, de la misma forma en que Rae Earl llegado a cambiar la suya. Parecían diferentes a la vista de todos, casi de mundos opuestos, pero la verdad no era tan así. Juntos descubrirían de qué se tr...