Una pareja no tan dispareja -My mad fat diary (TERMINADA)

Capítulo XXVI

A la mañana siguiente el supervisor de nuestra sección pasó a despertarnos a las 7 am. Éramos sólo algunos los que iríamos a visitar la radio ese día, pero los demás tenían clases temprano, por lo que les ordenó que se levantaran también.

El grupo completo se reunió en el auditorio principal. Esperamos más o menos media hora hasta que Chris finalmente llegó.

-La radio está al otro lado de la ciudad. Contraté un bus para que estén cómodos. Nos están esperando, así que mejor comenzamos a movernos de inmediato.-¿Recuerdas que mi madre nos habló de ser "responsables"?

-¡Cómo olvidar a tu madre! ¿Qué pasa con eso?

-Que para lo que menos tiempo tenemos, es para ser responsables.

-En una semana pueden pasar muchas cosas, Rae.

-Tienes razón, aunque debo admitir que me da miedo correr el riesgo y que nos expulsen antes de terminar el curso.

-A veces puedo ser muy persuasivo con la gente, ¿sabes? -sonreí de lado.

-¿Qué quieres decir ?

-Con Ginny lo fui. Me había descubierto mirando por tu puerta, y para desviar la conversación comencé a coquetearle un poco, y considerando cuánto ama la comida, le pregunté cuál era su restaurante favorito.

-¿Y eso para qué?

-Porque quiero terminar contigo e invitarla a salir.

Me miró fijamente.

-¿Por qué me miras así? Es la verdad.

-¡Ugh!

Tomé su mano y la besé.

-Quiero llevarte a comer, idiota. Ahora ven. Te extraño -invadí su boca, una vez más sin pedirle permiso.

De repente me sentí observado. Me separé de mi novia y miré hacia el lado. Era Chris, sentado en el asiento de la fila opuesta.

-Lo siento, no quería incomodarlos -se disculpó.

Era tarde. Rae tenía sus mejillas sonrojadas.

-No hay problema -dije.

-Es un gusto -estiró su mano. Hice lo mismo.

-Finn Nelson.

-Lo sé. Rae -sonrió. Ella lo imitó.

-¿Le hablaron de nosotros?

-Son la revelación de este semestre -respondió-, y más habiendo estado sólo unas cuantas semanas aquí.

-La verdad es que no creo que sea para tanto -dije.

-Debes aprender a recibir un cumplido, muchacho. Simplemente asiente.

-Pero es que...

-Hazme caso.

-Está bien.

El edificio era justamente lo que esperaba. No era pequeño, pero tampoco demasiado grande. Cada persona junto a la que caminábamos lucía feliz, se notaba que todos disfrutaban su trabajo. Aquello era lo que yo esperaba para mi futuro: Hacer lo que más me gustaba y ver todo de una forma especial, como si no fuese a recibir un sueldo por ello.

-Nunca te había visto tan feliz -murmuró Rae a mi oído.

-Yo a ti tampoco.

-Me alegra mucho que compartieras esto conmigo. Te lo agradezco.

-Desde que te conocí, y más aún, desde que supe que tu gusto musical era superior al de cualquiera, quise poder lograr esto.

-Gracias, en serio.