Capítulo XIX

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Como era de costumbre desde que había dejado el instituto, despertaba por el molesto sol que llegaba hasta mi cama a pesar de tener las cortinas juntas. Mantuve los ojos cerrados unos minutos. Quería volver a dormir, y es que los recuerdos de la noche anterior, aun cuando hubiese estado con Rae, resultaban ser los peores recuerdos que tenía del último tiempo.

Pero entonces al intentar moverme, sentí unos brazos que me rodeaban. Miré por el rabillo del ojo y me percaté de que era Rae.

Todo estaba claro en mi mente, excepto el momento en que habíamos decidido acostarnos. Mucho menos en el que al parecer decidimos dormir juntos.

Archie no estaba.

Volví a colocarme en la posición en la que estaba al despertar, pero esta vez con la mirada hacia Rae. Lucía diferente, pero igual de hermosa que siempre.

Tomé su mano y volví a colocarla alrededor de mi cintura como si nunca me hubiese movido. Cerré los ojos inspirando su dulce aroma. Entonces sentí que me rozaba la cara con su dedo. Abrí los ojos al instante.

-No puede ser que recién despertando luzcas así de guapo. En serio no -hizo un puchero.

-Justo estaba pensando en lo hermosa que luces dormida.

-Puedes quererme y mucho, Finn, pero no mientas.

La observé ofendido.

-Tú más que nadie sabe que no miento.

-Bueno, no mientes -movió los dedos-. No quiero discutir, así que lo dejaremos así.

-¿Ya no te gusta pelear conmigo? -pregunté-. Este último tiempo resultó ser nuestro deporte en conjunto.

Bajó la mirada.

-No quiero pensar en todo eso.

-Pero ahora estamos bien -murmuré.

-Sí, pero...

Temía que pudiera volver a suceder.

-Lo siento.

-¿Por romper mi corazón? -sus grandes ojos estudiaban mi rostro; mi boca.

Ni por un segundo se me pasó por la cabeza la idea de algo parecido a lo que sucedió después. Enredó sus dedos en mi pelo y me besó, con fuerza.

A los segundos después, el sonido de nuestros labios separándose retumbó en mi cabeza, ahora como un mal recuerdo.

Me observó fijamente esperando una respuesta.

-No necesitas besarme porque sientes pena por mí -rompí el silencio.

Rió. Esas mismas palabras fueron las que mencionó cuando la besé por primera vez en el camarín de chicos.

Sí, te estoy citando -dije.

-¿Crees que siento pena por ti? -acarició bajo mis ojos-. Finn, no seas idiota, por favor.

-No creo que se trate de ser idiota. Es la verdad -espeté.

-Quería besarte. Esa fue la única razón por la que lo hice.

-¿Pero por qué justo ahora? -pregunté-. ¿Por qué cuando más lo necesitaba para sentirme un poco mejor? -quité sus manos de mi rostro-. No necesito tu compasión... No quiero tu compasión.

Me miraba con gracia, como si le produjera risa. No pude evitar sentirme ofendido por la misma razón.

-Te quiero, Finn. Todo lo que dije en la carta y en persona, era verdad.

-Rae...

-Comprendo tu inseguridad -comentó con calma-; bien sabes que prácticamente es mi mejor amiga. La cosa es, que te quiero. Y sé que resulta molesto que te lo diga ahora y después de que supe la verdad sobre Damian.

Una pareja no tan dispareja -My mad fat diary (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora