-¡Papá! –grité. Me había lanzado un balde con agua en toda la cara. Estaba fría.
-¡Ya levántate, Finn! –gruñó-. Son casi las dos de la tarde.
Sonreí. Había conseguido dormir sólo cuatro horas. Y es que llegué a casa a eso de las seis de la mañana, pero durante las siguientes horas no pude dejar de pensar en lo que acaba de suceder entre Rae y yo.
-Mejor ni me digas adónde pasaste la noche. No quiero saber en qué malos pasos andas.
Quería gritar el nombre de mi novia. Mi padre la adoraba, sin embargo, si le decía que había estado en su casa, no habría dudado ni un segundo en ir a hablar con la señora Earl de lo que probablemente estuviésemos haciendo en su habitación mientras ella pensaba que su hija estaba sola. Mi padre no se equivocaba. No habíamos estado simplemente hablando.
-Siquiera disimula un poco, Finn –movió la cabeza. Mi estúpida sonrisa me delató una vez más.
-Papá, está bien. Me levantaré de inmediato.
-Qué bueno - me dijo con su mirada dura.
Pero no me interesaba si estaba enojado por no acompañarlo a su trabajo esa mañana. Siempre estaba ahí para él, mucho más desde que mi madre ya no estaba. Esa noche me pertenecía. La merecía.
“Gracias por lo de anoche. Eres el mejor.
Te amo.
Rae.”
El mensaje lo había enviado a las 12:05 pm, lo que me hizo concluir que ella sí no había dormido nada.
“Gracias a ti. Y no, tú eres la mejor.
Te amo más”
Y justo después de enviarlo me di cuenta de que algo faltaba.
“Gracias por permitirme ser el primero”.
Estaba seguro que me contestaría. Mas no fue así. Durante todo el día que acompañé a mi padre en la bodega del centro comercial no recibí ningún mensaje suyo. Era extraño, porque desde que nos habíamos reconciliado, a la hora de hablar por mensajes no había nadie que nos detuviera. Tenía un mal presentimiento, pero tampoco quería obligarla a decirme si algo andaba mal. Yo más que nadie sabía que necesitaba su espacio.
-Muchas gracias por ayudar a tu padre –me dijo su jefe una vez que me iba.
-No hay de qué, Charles.
-Ven. Quiero darte lo que te corresponde.
-No es necesario. Lo hago porque me nace ayudar a mi papá –comenté.
-¿Son tiempos difíciles?
Asentí con la cabeza gacha.
Charles conocía a mi madre, y hasta creía que sentía algo por ella. Cada vez que podía, le comentaba a mi padre cuánta suerte tenía por ser marido de una mujer como lo era ella. No me sorprendería escuchar aquella confesión de su propia boca algún día. Mi madre era la mujer más sorprendente de este mundo, y aunque durante el último tiempo no pudiésemos pasar mucho tiempo juntos, la amaba como nunca nadie amaría a alguien. De eso estaba más que seguro. Todos esos pensamientos sobre ella me llevaron a volver al tema de Rae en mi cabeza. Ella resultaba la mujer más importante para mí ahora, obviamente sin superar a mi madre.
Tras llegar a casa y darme una ducha, recibí un mensaje de Chop. Esa noche quería reunir a la pandilla nuevamente. Con Izzy estaban mejor que nunca después de que Rae consiguiera unirlos, dejándome más que claro que ella era el pegamento. Chloe se sentía fuerte y quería divertirse. Archie, por su parte, se sentía libre. Las únicas opiniones que le interesaban con respecto a su sexualidad eran las nuestras, y nosotros lo apoyábamos al ciento por ciento, por lo que ya no sentía miedo.
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Una pareja no tan dispareja -My mad fat diary (TERMINADA)
Teen FictionFinn Nelson había llegado a cambiar la vida de Rae Earl, de la misma forma en que Rae Earl llegado a cambiar la suya. Parecían diferentes a la vista de todos, casi de mundos opuestos, pero la verdad no era tan así. Juntos descubrirían de qué se tr...