🔹C A P Í T U L O 20🔹

5.6K 423 5
                                    

-¿Qué haces aquí Conrard? -pregunto bastante molesto Ryan que mostraba sus ojos rojos.

Detrás de él estaba Diarmad y la manada, no obstante faltaba Wesley y nadie se preocupada en donde podía estar porque a pesar de ser un adolescente, sabia cuidarse muy bien al pertenecer a una de las manadas más antigua y fuertes que por penurias de la vida empezó a extinguirse por una enfermedad que mataba a los hombres lobos. Fue una suerte que él fuera inmune y que Ryan lo encontrara para que fuera parte de su manada.

-Esta es mi casa también Ryan y no te preocupes por el zorrito, ya no me interesa-lo miro directamente a los ojos. Estaba decidido hacerle frente si era necesario y aún más por el que dormía en su habitación.

Había estado atento a lo que pasaba y a pesar de que quiso proteger al menor, había algo que no lo dejaba. Sabía la razón, porque Diarmad no era su compañero. Lo sabia, aún así estaba encaprichado y quería tenerlo, pero ese día en el bosque cambio.

Un gruñido surgió de Ryan al sentir otro aroma. Un aroma a vampiro y levantó la mirada hacia la escalera. Iba a ir, pero Diarmad lo detuvo.

-No lo hagas, es una víctima más-mencionó el zorro. El nogitsune le había mostrado lo que había pasado con ese vampiro.

-Debo protegerte-un beso en su mejilla lo calmo. Diarmad era esa calma que le faltaba.

-El no me hará daño, dejalo porque debemos hablar-Conrard estaba agradecido con Diarmad, pero una mirada de este lo congelo.

Esto no lo hacia por él, de eso estaba seguro.

Diarmad se llevo a Ryan a un lugar apartado y dijo en voz alta con una sonrisa en la cara: -Espero que no escuchen o tendrán problemas conmigo.

Aprecio escuchar como algunos tragaban saliva gracias al nogitsune que rió dentro de él, pero lo que le extraño fue escuchar el corazón de Ryan. Golpeaba tan fuerte y rápido al cual era provocado por los nervios. Ryan estaba nervioso por lo que diría su pareja.

-Debes calmarte, no diré nada malo-puso una mano en el hombro del lobo quien se tranquilizó.

Tomo la mano del menor entre las suyas para después besarla. Las mejillas de Diarmad estaban rojas por la repentina muestra de cariño. Pronto, recordó las historias de los lobos con sus compañeros e incluso la historia de sus padres. Su padre en la manada era conocido como alguien frío, pero con su madre era dulce y atento. Los lobos eran así, la mayoría, no todos pero al parecer Ryan entraba en la categoría de mayoría

El mayor vio los labios rosados y carnosos que le apetecía besar y morder, eran perfectos y suaves. Una de sus manos se posó en la mejilla del menor acariciándola y lo atrajó para terminar con el espacio entre los dos.

Diarmad cerri los ojos dejándose llevar. A pesar de que su interior gritaba que debía castigar al mayor, un beso de el siempre fue su deseo cuando la adolescencia llego o incluso antes, por eso no desperdicio el tiempo.

Un grito hizo que se separaran para volver al lugar donde estaban los demás con anterioridad, pero estos estaban arriba. Un sollozo fue suficiente para que Diarmad empezará a subir la escalera junto con su pareja.

Siguieron el sonido del llanto llevándolos a la habitación de Conrard. Entraron encontrándose al dueño de la habitación abrazando al vampiro que lloraba en el pecho de este, sus sollozos fueron suficiente para entibiar un poco el corazón de Ryan porque conocía muy bien ese llanto. Era el llanto de perderlo todo, de haber perdido a su familia.

Lo sabia muy bien porque el lloro de esa manera y no tuvo nadie cerca para que lo ayudará, ni siquiera un abrazo.

Sintió un apretón en su mano para mirar al causante. Diarmad. Quiso pegarse un tiro (probablemente sobreviviría) por haber alejado a aquel pequeño que estuvo siempre a su lado a pesar de que se alejaba por temer lastimarlo. El puso haberlo ayudado o prepararlo para enfrentar todo, después de todo, los compañeros tenían esa habilidad.

Sin soltar la mano del menor, miro a aquellos que sobraban cuales entendieron el mensaje. Estos se dirigieron a la salida de la habitación y cuando iba a salir junto con Diarmad, Conrard le agradeció.

-No es por ti, pedazo de idiota-menciono indiferente Ryan. Conrard sonrió sabiendo interpretar esas palabras.

Por fin ambos salieron de la habitación y cuando miro al menor, este le sonrió.

-Actuaste mejor de lo que esperaba-acarició la mano que todo ese tiempo sostuvo.

-Porque se que es perder una familia.

-No lo haz perdido, somos tú familia Ryan-abraza al menor que estaba gustoso y aún más cuando escondió su cabello del cuello del mayor sintiendo ese aroma masculino.

Se sintió mejor, quizás tardo tiempo sanarse, pero el menor con sus palabras lo curaba.

-Estaremos para tí a pesar de que seas un idiota-se separó alzando una ceja hacia el menor-. Es broma, no te enojes-le guiño el ojo haciendo sonreír al mayor.

🔹🔹🔹


Sus ojos grises miraron a su alrededor viendo como las personas iban y venían de esa cafetería en que se encontraba. La mesa estaba en la esquina que era perfecta para ver quienes entraban por la puerta principal y escuchar la campana de esta al abrirse.

Llevo la taza blanca con detalles de flores celestes a sus labios y dar un sorbo del líquido caliente. Una combinación de dulce y amargo llenaron sus pupilas gustativas haciéndola sentir viva.

Otra campanada la hizo sacar de su reciente descubrimiento y levantó la mirada. Sus ojos se encontraron con unos extraños y hermosos ojos. El derecho era azul y el izquierdo era verde, heterocromia pensó. La molestia era notable en esos ojos, al parecer no estaba contento estando ahí.

El hombre camino robándose la mirada de las personas. Su cabello era rubio de naturaleza, su piel era blanca y apenas se notaba las pecas. Su aspecto era de menos, porque su vestir era diferente.

Llevaba una gabardina negra y abajo de esta, una camisa blanca, un pantalón negro y unos zapatos del mismo tono del pantalón. Un bolso negro colgaba del hombro izquierdo y de podía ver con la vista que era pesada. Sus ojos lanzó una mirada matadora al tipo que lo miraba con descaro. Si las miradas mataran, el tipo ya estaría muerto.

-No ha cambiado en nada-susurro para si misma.

El hombre paro en su mesa. Frunció el ceño cuando la vio, pero se sentó frente de ella.

-¿Qué es lo que quieres? -ella sonrió dejando la taza en el platillo.

-Directo como siempre-apoyo su cabeza en la mano-. Pero quiero que vigiles a Diarmad Collins, es muy importante.

-Podrías hacerlo tú, después de todo eres "única" -rió ante las palabras del hombre.

-Lo soy, pero tengo más asuntos que resolver así que te lo encargo, Danny-este solo rodó los ojos para dar un suspiro.

Mala suerte era la que tenía si se enredaba con esa mujer, pero el dinero valía la pena.

N/A: lo siento por no publicar pero tuve muchas cosas en la semana que solo podía dar vistazos.

Esto de la Universidad me va a matar pero vale la pena xD.

Ojalá hayan disfrutado del capítulo.

Unas preguntas para ustedes.

🔹¿Quién es esta mujer?
🔹¿Quién es Danny?
🔹¿Se nota mi obsesión con los nombres que empieza con D? XD

Atte.

Sigrid Araya B.

Crown Town [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora