🔹C A P Í T U L O 5🔹

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    Camino por la carretera la cual estaba alejada de donde estaba su actual casa. La mansión se encontraba en el bosque para la protección de la manada de cazadores sobrenaturales como los dhampir. Estaba molesto y no porque se había encontrado con Ryan, si no porque no fue capaz de decirle a uno de sus betas que lo llevará a casa.

Dio un suspiro algo pesado, nunca fue bueno en los deportes y eso se debía a que era algo enfermizo. Salio con tan mala suerte de nacer humano porque si hubiera nacido un hombre lobo no se enfermaría, aunque claro, uno tenia sus debilidades si eras lobos. El acónito era uno de esos, una planta algo inofensiva que podría matar hasta el más fuerte de los lobos. Eso se lo había enseñado su madre desde pequeño, pues ella tenia el labor de entrenarlo para ser el siguiente emisario del siguiente alfa, Ryan, porque ella sabia que era el uno para el otro pero estupideces de la vida ahora este lo odiaba. Fue culpa de Conrard, el primo de Ryan que le metió cosas en la cabeza para que se alejara.

Furioso, pego a una piedra que estaba en su camino, tardaría una hora en llegar a su casa. Nunca más le haría caso a Harry, incluso se mantendría alejado para no meterlo en problemas con el estúpido alfa.

—Vaya, de nuevo sólo—su cuerpo tembló, quería correr pero no pudo.

Sus ojos miel miraron dos ojos azules que horas antes lo estaba torturando. Retrocedió un poco preparado para correr.

—No, no podrás escapar, sabes que te alcanzare aunque a mi no me molesta jugar al gato y al ratón—miro por todos lados. Estaba rodeado de vegetación y una idea surgió.

Corrió para adentrarse al bosque sacando una sonrisa al ghoul.

—Si tu lo quieres así, así sera, precioso.

Sus piernas corrían como podían en ese lugar. Si tenia suerte, el olor a bosque ocultaría el suyo para que ese ghoul no lo atrapara pero dudaba, siempre dudaba.

Dio un pequeño grito cuando tropezó con una rama. Cayo de rodillas sosteniéndose con las manos. Miro a estas llenando su cara de terror. Sus manos tenían heridas donde la sangre caía. Eso atrajo al ghoul que sonrió al verlo.

—Se acabo el juego, disfrutare comiendo tu cuerpo—se relamió los labios para tomar con una mano el cuello del menor.

Quería romperlo para por fin terminar con todo, probar aquella exquisitez que era Diarmad y quizás jugar con el cuerpo muerto, después de todo estaría muerto y no le dolería nada.

—Suéltame—mencionó apenas. El aire se iba se sus pulmones pero no quería verse débil, no para Ryan.

Con algo de fuerza, pateo la cara del ghoul y enterró sus unas en las manos del demonio. Su cuello fue soltado para que retomara aire.

Se llevó una mano a su cuello arrancando el collar que su madre le regalo, pocos años se dio cuenta para que servía. Miro al ghoul y con su cuerpo lo empujo cayendo arriba de él.

El collar estaba en el cuello del mayor presionándolo con fuerza con ambas manos. Eso podía matar a un ghoul y este lo sabia.

—Dime quien es tu amo—exigió con exagerada impaciencia.

—No te lo diré—una sonrisa apareció en la cara del menor.

—Lo siento, no estoy para tus juegos, así que dime quien es tu dueño o no tendré de otra que cortarte la cabeza y llenarla de sal—eso causo temor en el ghoul.

—Hebert Volpine—Diarmad se sentía como un tonto, era obvio que el mejor amigo de Peter era el vampiro.

—Gracias—y como dijo, le corto la cabeza con el collar.

Sangre negra ensucio el suelo y ahí estaba la cabeza del ghoul. Prefirió dejarla así y corrió, corrió con miedo al hacer algo que nunca había hecho en su vida pero ahora necesitaba encontrar a su caballero, a su amigo dhampir para que lo ayudara deshacerse de un vampiro que lo quería muerto.

Crown Town [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora