Vicarious de Tool sonó en la habitación sobresaltado a Harry que se había quedado dormido en la silla del escritorio que horas antes había estado despierto. Sus ojos se fijaron en que Diarmad dormía tranquilo en la cama. En cierto modo le daba pena que la "persona" que su amigo amaba ignorara a este por el miedo de que lo dañe. Si era un idiota porque de esa manera ya lo estaba lastimando.
Negó con la cabeza cuando un sutil aroma dulce llego a sus fosas nasales. Miro de nuevo a Diarmad quien era el causante de ese olor.
Llevo una mano a la nariz para disminuir un poco el olor que se le estaba haciendo insoportable. Se levanto de la silla giratoria y tomo el celular de Diarmad que se encontraba en la mesa de noche al lado de la cama de su amigo. Salió de la habitación cuando el aroma estaba siendo más fuerte y empalagoso.
Cerro la puerta con cuidado para ver si el olor aún se conservaba dentro de la habitación, aunque era algo imposible. Ese olor lo estaba mareando y a pesar de lo dulce, no le atraía para nada. Quizás a eso se refería su amigo cuando dijo que el olor era fuerte.
Un olor a menta hizo que moviera la cabeza hacia la izquierda viendo que Albert salia del baño moviendo las manos que estaban mojadas por haberlas lavado.
Corrió a esa dirección abrazándolo y enterrando su nariz en el cuello del más alto que solo estaba quieto por la repentina acción del lobo.
El aroma de Albert era algo que disfrutaba porque era menta y a su parecer era un olor muy masculino que lo atraía bastante. Era totalmente diferente al aroma que desprendía su mejor amigo y eso le gustaba.
—Harry —lo llamo en espera de una respuesta, pero el lobo no dijo nada. Quería estar ahí siempre calmando sus emociones con ese hombre.
El híbrido se dio cuenta que algo iba mal y olisqueo el aire notando un aroma dulce. Su habilidad como dhampir le daba una gran ventaja a igual como su nariz desarrollada como los lobos, no obstante el olor dulce no lo afectaba porque no era un animal salvaje, no del todo.
Diarmad había empezado con su celo que duraría un mes. Un mes con ese olor que seria insoportable para algunos y para otros muy agradable. Al parecer para Harry no era algo agradable para su desarrollado olfato de lobo, en cierto modo lo hacia feliz porque no estaría tratando de aparearse con su mejor amigo.
—Hueles bien—menciono Harry con una sonrisa y calma en su corazón.
—Gracias—menciono para corresponder aquel abrazo, pero los aullidos que se escuchaba a lo lejos lo puso con los vellos de punta.
Otros lobos se habían dado cuenta del olor y de seguro estaban buscando al causante de ese olor. En otras palabras, habría una masacre por la lucha de un chico. Por Diarmad.
La musica sonó de nuevo desconcertado a Harry que contesto sin mirar el remitente.
—¡¿Dónde estás Diarmad?! —la voz de Ryan se escucho del otro lado dejando con un dolor de oído a Harry.
Albert tomo el celular de las manos de Harry y hablo sabiendo que el más bajo intentaba recuperar algo del oído.
—Diarmad esta durmiendo idiota y si quieres hablar con él tendrás que venir, porque adivina, otros lobos querrán venir y tienes que traer a la manada y me importa una mierda que seas el alfa, tienes que proteger a Diarmad o yo mismo acabare con tu maldita existencia—corto importándole poco que si el otro iba a contestar.
Miro a Harry que aún lo tenia abrazado y le beso la frente en un impulso. Este cerro los ojos y sus mejillas se colorearon de rojo.
—Debemos proteger a Diarmad—menciono cosa que Harry asintió.
🔹🔹🔹
Lanzo el celular a la pared que cayo destruido por la fuerza ejercida ante el lanzamiento. Estaba bastante molesto con ese híbrido que intentaba alejarlo de Diarmad y estaba seguro que sentía algo. Quería matarlo con sus propias manos, pero sabia que el menor estaría molesto por su asesinato.
Suspiro para ir a la sala y llamar a la manada con el teléfono de la casa. Tenia suerte que había puesto los números en el teléfono también o no podría comunicarse con ellos sin gastar sus cuerdas vocales aullando para que vinieran.
Cuando termino de llamar a todos, tomo su chaqueta de cuero del perchero y las llaves colgadas para abrir la puerta y cerrarla detrás de él al salir.
Gruño cuando vio a su primo caminando hacia él con pasos lentos y muy seguro. Se abstuvo de pegarle porque necesitaba ir a la casa de Diarmad para protegerlo de todos esos lobos que querían a su pareja, a su compañero porque era suyo y fue hecho para él a pesar de que lo negara.
—¿Qué quieres? —menciono fastidiado.
—Quiero ayudar—frunció el ceño para ignorar a su primo que parecía arrepentido, pero lo conocía bien para saber que solo estaba planeando algo.
—Lo siento, pero no—cerro con llave la puerta de la mansión para caminar a su auto que estaba a unos metros de la construcción.
—Ryan, lo siento—no siguió escuchando cuando entro y prendió el motor.
El auto avanzo con dirección en busca de la carretera que lo llevaría al pueblo.
Ahí a las afuera de la mansión Conrard suspiraba y se llevo una mano a la cara sabiendo lo idiota que se había comportado el día anterior, pero los celos eran bastante fuerte.
Miro a otra dirección, pero algo o alguien llamo su atención. Solo pudo estar congelado en el lugar que estaba, pero cuando pestañeo y abrió los ojos de nuevo, ese ser ya se había ido.
🔹🔹🔹
Los primeros en llegar a la casa de Diarmad fue la parejita, John y Holland. Tenia un aspecto de haber tenido una competencia de atletismo, pero la verdad es que tuvieron otra cosa por el olor que pudo distinguir Harry que sin querer los olfateo, a cambio Albert no activo sus súper olfato porque no quería oler el aroma a sexo de esos dos.
Cuando ambos entraron, el olor dulce los empalago demasiado y fruncieron el ceño haciendo cara de asco. El aroma era delicioso, pero no agradable para su nariz.
Ambos se llevaron una mano a la nariz para no sentir el aroma, pero era imposible. Mucho dulce lo asqueaba.
El segundo en llegar fue el padre de Diarmad que estaba bastante sorprendido al ver la manada de Ryan ahí y también por el aroma que a pesar de que no lo asqueaba, no hacia efecto en el. Era el padre del causante de ese aroma por esa razón no tenia ningún efecto hacia su persona. Los chicos le explicaron lo que pasaba y se ofreció de ayuda.
El tercero en llegar fue el alfa de la manada que se llevo una mala mirada de cada uno por estar ahí, pero le importo poco sus miradas, era el alfa y debían hacerle caso aunque el aroma de aquel lugar era tan atrayente.
Sus ojos se volvieron rojos y sus garras salieron. Iba a dirigirse al segundo piso, pero lo detuvieron. Rugió en busca de aquel que le pertenecía ese aroma y aulló lastimero cuando el padre de Diarmad enterró sus garras en las costillas del menor.
Ahora no solo tenían el problema de cuidar a Diarmad, si no, que debían vigilar al alfa que solo quería aparearse con el que dormía plácidamente en una cama.
Habría problemas, muchos problemas.
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Crown Town [Yaoi/Gay]
DiversosCrown Town es un pueblo que aparentemente es tranquilo, sin embargo es todo lo contrario y lo puede demostrar Diarmad con su vida diaria. Es una novela Yaoi, Gay, Homosexual, y también de misterio y sobrenatural, sin dejar atrás a los hombres lobos...