Crown Town [Yaoi/Gay]

🔹 C A P Í T U L O 2 8🔹

Antes de que empiecen a leer este capítulo, diré que poco a poco estoy retomando la escritura de esta novela más porque ya estoy de vacaciones. Vacaciones que duraran poco, a lo menos dos semanas, por eso intentare avanzar lo que más que se pueda, pero solo diré que estamos cerca del final.

A los que me siguen en esta novela, le agradezco y si el final no les complace (un final que se publicara a futuro), les diré que me disculpo de ante mano.

Ahora pueden leer.

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Jugó un poco con la punta de su cabello rosado mientras se dirigía a la enfermería.

Hace unos minutos había fingido estar enferma solo porque sintió el llamado de Danny en aquella runa tonta que no se veía. Lo había escuchado claramente en su mente como pedía su presencia y ciertamente dudaba que aquella runa fuera de juramento.

Se había puestos a investigar de runas y junto a Johan, quien no tenía mucho tiempo, las estudio, más que nada porque este quería saber cómo proteger un lugar si algún ser se acercaba. Y con razones obvias lo tenía.

Cualquiera que viviera en el castillo podría entrar a la habitación de éste cuando Blake no estaba y aprovecharse de lo vulnerable que quedaba.

Había tantos vampiros perversos que simplemente no quería recordar detalles traumáticos.

Dió un suspiro cuando se encontró frente la puerta de la enfermería.

La abrió sin necesidad de golpear, después de todo era la enfermería, el enfermero era consciente y ayudaba a los que se lastimaban.

Pero por dentro tenía la necesidad de ver algo indebido, si es posible, con Danny quien se adjudicaba de ser el "señor correcto".

Si, claro. La primera vez que se reunieron, había notado la mirada del mayor en el emisario (si, sabía lo que era) y quedo algo asqueada.

No era homofóbica, pero esa forma de lamerse los labios y poner cara de depredador le enfermaba.

Oh, no olvido la parte en que el emisario se dió la vuelta para buscar algo de los estante y justo en ese momento ¡Justo! No traía la bata de enfermero.

Su hermano aprecio aquel redondo y firme trasero, y no tenía que tener poderes telepáticos para saber lo que pensaba.

Bueno, a pesar de su reciente descubrimiento que se contradecía a si misma, deseaba ver algo entre esos dos, pero nada, solo miradas y una tensión que definitivamente quería cortar (hasta el híbrido y el lobo habían avanzado).

Tensión. Lo detestaba.

Cuando entro, el emisario escribía algo en un cuaderno mientras su hermano afilaba con cuidado una daga.

Esa interacción era algo extraña.

Algo había ocurrido.

—Por fin llegas—estaba segura que iba agregar algo, su cara lo decía, pero la afilada mirada del emisario hizo cambiar de parecer al cazador.

—Como si salir de clase fuera sencillo.

—Aún me sorprendo de la runa—tuvo la mirada de ambos hermanos en él—. Aquello debió desaparecer hace dos días después de ser hecha ¿Cuál fue el procedimiento?

—Si lo dijera ya no sería secreto, aunque estoy seguro que te divertirás descubriendolo—dejo de mirarlo para concentrarse en la daga que tenía dos joyas incrustada.

Uno era azul. Un azul tan hermoso que deseo tenerlo en sus manos o tenerlo en su cuello para que demostrará su belleza. Y el otro era rojo, como el color de la sangre y sentía que si lo tenía en su poder no necesitaría beber nunca más sangre humana.