CAPITULO 4

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El pasado es un lugar de referencia, no de residencia......

―Autor desconocido.

Después de una larga charla con Natali, acerca de dónde y el tiempo en donde me encuentro. Deduje que estoy en las afueras de Londres, en la mansión Bennet. Jeff es el heredero de la familia, porta el título de Conde Bennet Hawkings, el cual ha sido el más joven en portar tal apellido, pero debido a la repentina muerte del Conde France se vio obligado en tomar el título y las debidas responsabilidades. La familia Bennet Hawkings conserva finos lasos con la corona inglesa, el actual rey fue criado junto a Jeff, sin contar que la antigua reina madre del actual rey fue hermana de la madre de Jeff y de alguna forma  la mía también, de este cuerpo, por lo menos.

La época en la que me encuentro pertenece al siglo XIX 1852, fue un tanto catastrófica. Vaya lió que es mi vida en estos momentos.

De alguna forma me encuentro en el pasado o por lo menos mi sueño. No comprendo del todo, ni siquiera sé si esto es real o no. Incluso me he pellizcado, mordisqueado y el dolor es tan real, como cuando Natali aprieta las cintas del odioso corset.

Los días pasan y no consigo encontrar la realidad de esta situación. Cada segundo cuestiono lo que es verdad y lo que no. Por más que trato no encuentro.

―Jeannine no te muevas por favor ―Natali acomoda las enaguas del vestido.

El vestido de mangas largas, color crema con franjas grises, moños que adornan la parte inferior de la voluptuosa y gran falda.

―Natali dijiste que elegirías el más cómodo ―protesto.

―Pero lo es. Con él te moverás más fácil. Ahora voltéate que falta la cinta.

―Como para que, suficiente con los moños.

―Esto ayudara a resaltar tu cintura.

―Que insinúas Natali.

Natali se paraliza ante mi comentario, al parecer le he asustado.

―Mis disculpas mi lady ―agacha la cabeza.

―Natali que acaso en este siglo no saben que son las bromas, o el doble sentido. Mira siéntate a mi lado ―obedece Natali―.Dime porque tanto miedo. Acaso te he lastimado antes, he dicho algo que comprometa tu integridad como persona.

―Bueno yo....

―Natali ¿Cómo era yo antes de perder la memoria?

―Eras muy dedicada y franca.

―Que más.

―Gritabas por todo y te quejabas a un más, pero sobretodo el descaro con vuestro hermano era lo más evidente y escalofriante de su persona.

ESTO NO ES UN SUEÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora