CAPITULO 28

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Con los años aprendes muchas cosas como mecanismos de defensa contra el tiempo

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Con los años aprendes muchas cosas como mecanismos de defensa contra el tiempo.

Pero ahora, he aprendido a no correr, a no ponerme más metas de las que puedo soportar y, sobre todo, he aprendido a no juzgar.

A observar, valorar y recolocar.

He aprendido a no quedarme donde ni quiero estar, como no quiero estar, como no quiero ser.

―Patricia Benito.


La noticia nos había tomado desprevenidos he anonadados a todos los presentes, Eduardo me nombraba Capitán de la brigada liguera del 4º y el 13º Regimiento de Dragones ligeros.

Todos Principalmente lord Luca Ackerman un hombre de 66 años, padre de Ackerman Oswain mi actual prometido. Un hombre de leyenda, puesto que había hecho armas en la guerra de España, perdiendo un brazo en la batalla de Waterloo, valiente, pero con pocas ideas e imaginación y su mayor defecto, ser un gran hijo de puta, un MISÓGINO.

―Esto es una locura majestad. La joven puede ser un poco más lista que la mayoría de su estirpe. Pero nombrarla capitán ¿Esta seguro? Su división no la aceptara ―expone su opinión Lord Lucan Ackerman, en estado colérico.

―Vuestro deber no es cuestionar mis órdenes ¿Acaso denigra a su reina Victoria? Cuide sus palabras lord Lucan ―le advierte Eduardo.

Lucan sale de la reunión con un gesto bastante airado.

―Creo que no me quiere como nuera ―suelto una pequeña risa burlona.

―Callaos Jeannine, o me harás retractarme.

La condición era sencilla, no podía dejar que nadie que no fuera de confianza y mi batallón, supieran de mí. Para todos los demás Jeff, era el capitán y el estratega que jamás se equivocaba.

El futuro que el rey Eduardo me prometía un futuro sencillo, si yo le llevaba a la victoria; el me prometía un matrimonio con Oswain Ackerman. Un hombre joven, viril, rico, buen mozo y bueno con las mujeres, no un machista y golpeador, un buen marido. Todo lo que deseaban las mujeres de este siglo.

Siempre me pregunte ¿Acaso la historia, siempre la escribía un hombre? Las mujeres en la guerra he historia siempre mantenían un rol muy pequeño.

Después de contarle lo ocurrido a Constantin estallo:

―No me lo puedo creer, como es posible. No estoy de acuerdo, es una tremenda estupidez ¿Qué acaso el imbécil que tenéis como hermano, no sabe las consecuencias? ―el rostro de Constantin había adquirido un tono rojizo―.Es imperdonable, no fuiste instruida en esto, no eres más que una mocosa.

Constatin de marcha furioso, no sin antes regalar una dulce mirada a Natalia ―desde cuando Contantin se muestra amable y seductor, y con Natalia.

ESTO NO ES UN SUEÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora