Corazones rotos y el parto

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Minerva volvió a Howarts y a la mañana siguiente le contó todo lo que había pasado a su amiga, Pomona, Ella la abrazó fuertemente

—¿Minerva puedes venir?—pregunto Albert Melin, profesor de Adivinación, ella asintió y fueron a la torre de astronomía

—¿Pasa algo Albert?—dijo extrañada por esa invitación, el era su mejor amigo

—Nada solo quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras—dijo

—Lo se siempre has estado para mi—dijo y le dio un abrazo

—Siempre lo estare, Minnie

—¡Albert!

—Jajajaja siempre te enfadas por eso jajajaja—rio y Minerva le pegó un golpe amistoso en el hombro. Albus estaba pasando por ahí y le dolió la escena que encontró, Minerva abrazada a Albert, diciendole gracias por estar con ella siempre, dio media vuelta y se fue a su oficina. Al entrar estaba Hagrid

—¿Hagrid?

—¡Albus lo estaba buscando!

—¿A mí? ¿Por qué?—dijo muy confuso

—¿Está bien? Lo veo medio triste—dijo preocupado

—Problemas en el amor—suspiro—Pero bueno ¿En qué puedo ayudarte?

—Queria avisarte que algunas criaturas del bosque prohibido están en desacuerdo con las medidas tomadas por el colegio

—¿Qué medidas?

—La de que no pueden salir del bosque, quieren total libertad sobre los terrenos de Howarts

—Hablare con ellos, gracias por decírmelo Hagrid

—Sabes que puedes confiar en mí Albus

—Lo se, Hagrid, lo se—suspiro

—¿Pasó algo con la profesora Mcgonogall?

—¿Tan evidente es?

—Si todos saben que estás enamorado de ella, todos menos ella—respondio

—Ella al parecer está enamorada de Albert—suspiro

—Ella no está enamorada de él, él es su mejor amigo nada más, aparte Albert está enamorado de otra mujer

—Igual, lo mío con Minerva es imposible, ella está dolida por lo de Mark

—No pierdas las esperanzas, Albus—aconsejo Hagrid y se fue. Albus se sentó en la silla detrás de su escritorio y un recuerdo lo invadió

Flashback

Albus se encontraba caminando por Howarts cuando vio a Minerva con sus mejores amigas, Pomona y Dorea, estaban riendo por algo

—Profesor Dumbledore—exclamo Minerva, ella hacía un año que trabajaba de profesora en Howarts

—Hola Mienrva—la saludo

—¿Te has enterado la buena noticia?—rio Dorea

—¡Cállate!—grito Minerva

—No, no me he enterado—respondio

—¡Minnie se va a casar!—grito Pomona

—¡No me digas Minnie!—grito, enojada, Minerva

Fin del flashback

Ese día fue horrible para el, después de todo la amaba profundamente. A unos cuantos metros de la oficina del director, Minerva se encontraba en su oficina con sus mejores amigas, Pomona y Dorea

—Chicas debo contarles algo—dijo Dorea

—¿Que pasó?—cuestionaron

—¡Estoy embarazada! Después de tanto tiempo, Charlus y yo lo logramos

—¡Felicidades!—exclamaron ambas

—¿Seré la madrina, verdad?—la burlo Pomona

—Jamas—rio

—Tambien estoy embarazada—lloro Minerva y le contó todo a Dorea

—Oh..Minnie—dijo abrazandola

—No me digas Minnie—rio

—Todo estará bien—aseguraron sus amigas

—Volviendo a lo interesante ¿Quién será la madrina?—se burló Minerva

—Seguramente tú—dijo Dorea y Pomona le lanzó un almohadón

—Gracias chicas por venir y alegrarme—dijo Minerva y ambas amigas se despidieron y se fueron. Una hora más tarde, Albus entró a la oficina de Minerva

—¿Cómo estás, Min?—pregunto el

—Muy bien, Al—dijo ella

—¿Al?

—Queda mejor que Albus, eres mí mejor amigo—dijo ella abrazándolo, Albus en lo único que podía pensar al abrazarla es que le encantaría ser algo más que amigos.

Nueve meses después....

Dorea tenía 8 meses de embarazo y a ella no le importo a la hora de ir a ver a Minerva cuando se enteró que estaba en San Mungo a punto de tener a su bebé.

—¡Minnie!—exclamo Dorea, cuando vio a Minerva en silla de ruedas

—¡Que no me digas Minnie!—grito ella en medio de una contracción y se la llevaron a la sala de parto. Habían llegado Pomona, Mavira, Poppy, Albus, Horace, Charlus y Albert, este último no le cayó bien a Albus.

—Dorea, mi amor, tranquila todo estará bien, no le haces bien al bebé—intento tranquilizarla Charlus

—Me parece raro que nadie haya salido a decirnos algo—se quejo Dorea

—Esto suele tardar—explico Poppy y eso tranquilizo bastante a Dorea. Una hora después, el sanador salió diciendo que todo había salido bien y que Minerva quería que pasaran, Albus, Dorea, Charlus y Pomona, ellos pasaron.

—¿Cómo estás, Minnie?—pregunto Dorea

—¿Hasta cuándo me llamaras Minnie?—gruño ella y enseguida volvió a sonreír al mirar a sus hijas—Son dos, gemelas—dijo ella—Cassandra Dorea Mcgonogall y Samantha Pomona Mcgonogall

—Son preciosas—alago Albus—¡Y tienen tus ojos!

—Asi es, tienen el cabello rubio de Mark y mis ojos verdes—dijo Minerva

—¿Quiénes son los padrinos? Y ¡Gracias por ponerle mí nombre!—dijo Dorea y Pomona dijo lo mismo cuando Dorea termino de hablar.

—De Cassandra, Pomona y Albus, de Samantha Dorea y Charlus—anuncio

—¡Gracias!—dijieron los cuatro. Unos días después, Minerva y sus dos hijas salieron del hospital, fueron a Howarts, ya que, quedaba una semana de clases. Pasada esa semana, Minerva se puso a buscar una casa donde pudiera vivir con sus hijas gemelas. Cassandra y Samantha eran bastante tranquilas y con una simple lectura bastaba para que se duerman.

—¡Minnie!—exclamo Dorea entrando a su oficina

—Ya he aceptado que jamás dejaras de llamarme Minnie—rio ella y abrazó a su mejor amiga

—¿Cómo está mi sobrina y mi pequeña ahijada?—cuestiono acercándose a la cuna donde dos pares de ojos verdes la miraban con curiosidad

—Muy bien y deseosas de ir por primera vez a casa—dijo Minerva alzando a Cassandra.

Hasta aquí por hoy

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Bye bye

Una historia de amor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora