Una historia de amor diferente

Buscando a Minerva

Habían pasado 5 horas desde que Minerva no aparecía, a cada segundo Albus se desesperaba cada vez más, no podía dejar de pensar en ella, quería saber que estaba bien, quería saber quién la había secuestrado y de paso partirle la cara de un golpe.

Cassandra y Samantha preguntaban por su madre, mientras que Sabrina miraba a todos lados con suma atención, buscando a su madre, ninguna de las tres entendía porque su madre no había vuelto, las tres querían treparse en sus piernas y que ella las llevará a la cama para darles un beso de buenas noches, mientras que su papa Albus les revolveria el cabello con cariño.

—Papa Albus, tengo sueño ¿Cuándo volverá mama?—pregunto Cassandra

—Ella no vendra por esta noche, tiene que revisar un par de cosas en el cole, venga yo las llevaré—sonrio Albus y acostó a sus hijas, puso hechizos protectores, ninguna medida de seguridad estaba de más y menos con lo que le había pasado a Minerva.

En la casa del bosque...

La ojiverde estaba atada a una silla, le habían sacado su varita, no podía ver nada, no sabía dónde estaba, lo único que pensaba era en que quería volver con sus hijas y prometido, sintió que alguien había entrado a la habitación donde estaba, no podía identificar a su secuestrador, una tenue luz se prendió, ahí Minerva pudo ver quién estaba con ella, Mark Menry, la pelinegra no podía creerlo, simplemente miraba a su captor con ira, curiosidad y asombro

—Hola de vuelta, querida—rio Mark acercándose a dónde estaba Mcgonogall

—¿Que quieres de mi, Menry?—gruño

—De ti, nada, solo te tengo que retener un rato más aquí, hasta que llegue el momento para hablar con tu prometido, es a él a quien quiero, tu solo eres parte del plan—sonrio Mark y acarició la mejilla de Minerva, quien corrió la cara para que deje de tocarla

—No vuelvas a tocarme en toda tu maldita vida—dijo, enojada, mirando a su ex-esposo

—Pronto esto terminará te lo prometo, pero por ahora, debes quedarte aquí tranquila, hasta que yo vuelva—sonrio Mark y se fue, mientras que Minerva intentaba desatarse

En Hogwarts...

Los aurores habían sido avisados de la desaparición de Minerva, Charlus quien era el jefe de aurors, estaba en la oficina de Mcgonogall, intentado encontrar alguna pista, algo que revelará donde pudiera estar Minerva.

Pomona y Dorea estaban en la oficina de Albus, intentado comunicarse con Mcgonogall, Pomona estaba cuidando de su pequeña hija mientras escuchaba con atención a Albus, quien estaba relatando lo poco que había averiguado, no tenía ningún sospechoso, nadie a quien culpar

—Y...¿Y si Minerva se fue?—pregunto, despacio, Pomona—No hay signos de resistencia en su oficina, nada que indique que la puerta fue forzada, es como si ella se hubiera desvanecido

—Minnie jamás dejaría a sus hijas, ni a Albus, no digas tonterias, quien la tiene, conocía muy bien la oficina de Minerva, alguien que haya estado varias veces ahí, solo asi podría haber entrado y salido sin que nadie lo notará—deducio Dorea, no por nada era una de las mejores aurors del ministerio de magia

—Dorea tiene razón....—murmuro Albus y luego una lámparita se prendió en su cerebro—¡Mark! Fue él, él sabía cómo era la oficina de Mcgonogall, estuvo muchas veces allí, cuando venía a visitarla durante el año escolar, y además tenía motivos suficientes para hacerlo, digo él estaba enojado de que Minnie pudiera seguir adelante con su vida, lo olvido por completo y ahora es más feliz de lo que fue con Menry

—Tiene mucho sentido, pero el problema es que no sabemos dónde está escondido, desapareció de la nada, dejando a sus hijos ¿Dónde podemos empezar a buscar?—respondió Dorea

—No lo sé—dijo Albus.

Hasta aquí por hoy

¿Les gustó?

¿Quieren que la siga?

Bye bye