Una historia de amor diferente

Sexto año

Las gemelas empezaban otro año en Hogwarts, ya su anteultimo, todavía no lo podían creer, tantas cosas habían pasado para llegar a ese punto de su vida.

Cassandra y Sirius entraron de la mano al gran comedor para ver la selección de casas, se sentaron en la mesa de los leones junto a sus amigos.

Samantha y Sandra llegaron abrazadas de la cintura, ubicaron rápidamente a Martina y se sentaron con ella en la mesa de los Hufflepuffs, quienes todos amaban la pareja que Sam y Sandra hacían, siempre era gracioso ver las caras de ternura que ponían cada vez las veían abrazadas o besándose, aunque si, eran súper tiernas.

Pasó tanto la selección de casas como el banquete, Dumbledore se paró para dar su discurso

-Bienvenidos a todos, sé que las circunstancias fuera del castillo no son las mejores, si no que cada día empeoran más, pero que esto no nos desanime, seguiremos educando, seguiremos velando por su salud, que este año no se acaben las risas, porque cuando dejemos de reír, dejemos de educar, dejemos de amar, es cuando realmente Voldemort ganará la guerra, mientras halla amor en el mundo, venceremos-dijo con una amable sonrisa, todos se fueron parando lentamente para ir a sus respectivas salas comunes.

Ya era muy entrada la noche, Dumbledore estaba sentado en su escritorio analizando un par de papeles que la oficina de aurors le habían mandando, estaban analizando el comportamiento de Voldemort, querían averiguar exactamente qué estaba buscando, que quería lograr con está guerra que estaba desatando.

Minerva se despertó y vio a su esposo aún trabajando

-Amor, con las dos de la madrugada, ven a dormir por favor, lo que sea que estés haciendo puede esperar, tu esposa no-dijo Minerva mientras lo abrazaba por atrás, apoyando su mentón en el hombro de él

-Min, quiero terminar esto, Alastor me lo envió para que lo analice, habla de las hipótesis que el ministerio tiene sobre Voldemort, quiero analizar bien las hipótesis, haré un par de viajes para consultar un par de cosas con viejos amigos-dijo Albus mientras se apoyaba levemente sobre el cuerpo de su mujer

-Todo eso puede esperar, ven a dormir conmigo-susurró Mienerva y Albus sin poder decirle que no a los pedidos de su amada esposa, se levantó, guardó todo y se fue al cuarto con su esposa pasa poder dormir abrazados toda la noche, o por lo menos un par de horas hasta que ambos tengan que levantarse para iniciar el primer día escolar de todos los alumnos en Hogwarts.

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Ya era el mediodía, Sam llegó al comedor con la intención de encontrar a su novia para pasar juntas ese rato que tendrían, la vio en la esquina de la mesa, con un libro en sus manos, escribiendo un par de cosas en el pergamino, se acercó hasta donde estaba y la abrazó por la cintura, besando su mejilla en el proceso

-¿Cómo estás?-preguntó Sandra dejando lo que estaba haciendo para prestarle atención a su novia

-Bien, algo cansada, estamos viendo los mismos temas del año pasado, ya sabes, para hacer un repaso, hasta ahora tuve transformaciones con mi mamá, pociones, estudios muggles y ahora a la tarde tendré cuidado de Criaturas Mágicas y Runas Antiguas

-Día bastante completo-rió Sandra

-Así es y así me gusta, ya me decidí este verano, seré magizoologa-sonrió Samantha muy feliz y segura de lo que sería en un futuro

-Me alegro mi amor, sea lo que sea, vas a triunfar yo lo sé, confío en ti y en tu capacidad para lograr lo que te propongas-dijo Sandra.

Cassie y Sirius estaban en la mesa de Gryffindor hablando de tonterías, Cass apoyó su cabeza en el hombro de él quien acarició suavemente sus cabellos. Hablaban del futuro y de lo que les esperaba, ambos estaban ansiosos, ambos querían entrar en la academia de aurores, Sirius más que todo para intentar que todo el mundo se olvide que es un Black.

Hola gente bella

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Bye bye