Yo tengo a Minerva

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Dos días, dos días habían pasado desde que Minerva no aparecía, Albus estaba como loco, quería encontrarla, abrazarla, besarla, odiaba pensar que alguien podría estar haciéndole daño.

Pomona y Dorea ayudaban en lo que podían, lo cual no era mucho, solo cuidar a Cassandra, Samantha y Sabrina, mucho más no podían hacer, además de que tenían que cuidar a sus respectivos hijos. James era el mejor amigo de las gemelas y siempre las hacía reír, y más ahora que ellas notaban la ausencia de su madre.

Estaban todos en la casa de Minerva y Albus, los niños estaban en el salón jugando. El director de Hogwarts había utilizado todos sus contactos en el ministerio para encontrar a Mark.

De la nada, Mark Menry apareció frente a sus ojos

-Hola, Albus-sonrió, las chicas tuvieron que retener a Albus para que no lo mate-Veo que eres inteligente y deduciste bien, yo tengo a Minerva

-No por mucho tiempo-aseguró Albus intentando pegarle una buena piña pero Pomona y Dorea lo detuvieron.

Luego Mark se fue, haciendo que Albus golpeara la mesa enojado, las mejores amigas de Minerva solo lo miraban con pena, no podían ni imaginar lo que debía sentirse Albus, al estar lejos de la mujer que amaba y su hijo, lo que más le preocupaba a ex amigo de Grindelwald era saber que su Minerva estaba embarazada y el loco de Mark podría hacerle cualquier cosa.

Un mes después....

Minerva estaba atada en la misma silla de siempre, no podía desatarse, escuchó la puerta abrirse, pensó que era Mark, pero se asombró al ver a Charlus ahí, se acercó rápidamente a la morocha y la liberó, la ayudo a levantarse y la abrazó fuertemente, había estado muy preocupado por su la madrina de su hijo.

Juntos salieron de la casa, primero la llevó a San Mungo para que la revisen y asegurarse que todo esté bien. En el hospital le dieron algunas pociones para que recupere todos los nutrientes que había perdido en ese mes.

Luego, Charlus la llevó a su casa, dónde las primeras en salir fueron las gemelas, que corrieron a abrazar a su madre, la habían extrañado demasiado, luego llegó Sabrina que pidió que la levantarán, entonces Minerva lo hizo y besó la frente de su hija, a la cual amaba tanto.

-Mis niñas, mamá las extraño mucho-susurró Minerva besando la frente de sus tres hijas, sus hermosas hijas. Miró a Sabrina quien todavía estaba en sus brazos y sonrió, su hija era tan parecida a Albus, había heredado esos ojos azules que parecen que te examinan con rayos x y sus cabellos oscuros iguales a los de ella, era hermosa en pocas palabras.

La dejó en el piso y ahí salieron los hermanos Potter que fueron a abrazar a su tía/madrina. Se asombró cuando vió a Pomona salir de su casa con la pequeña Cassiopeia en brazos, detrás de ella salió Dorea, ambas mujeres se acercaron a abrazar fuertemente a la pelinegra, la habían extrañado tanto.

-¡Minnie!-sonrió Dorea abrazando a su mejor amiga

-¡Ya deja de llamarme Minnie!-exclamó la futura esposa de Albus.

-Jamás dejaré de llamarte Minnie-aseguró la pelirroja.

Luego de que sus niñas dejaran de abrazarla, la de ojos verdes pudo entrar a su casa, con la mirada busco a su prometido pero no estaba

-Albus no está, se fue al ministerio hace como una hora-explicó Pomona cuando la pelinegra preguntó por su amado

-Quisiera quedarme, pero debo ir al ministerio a dar por cerrada está misión, además de hacer el informe-sonrió Charlus, se despidió de su esposa e hijos y se fue. La de pelo negro se sentó en el sillón y suspiró, había extraño demasiado su hogar, rápidamente las gemelas se acostaron a su lado, apoyando sus cabezas en los hombros de su madre, luego, Sabrina con la ayuda de Pomona se sentó en las piernas de Minerva y luego se terminó acostando en el pecho de ella.

Después de quedarse dormidas las tres, Pomona y Dorea se fueron para que Minerva esté tranquila, no pasó mucho tiempo hasta que la profesora también se quedará dormida apoyando su cabeza en la de Samantha.

Despertó unas horas después y sonrió al ver la imagen que tenía delante, con cuidado, salió sin despertar a las niñas, llevó a Sabrina a su cuarto y luego acomodó a las gemelas en el sillón, estaban bastante grandes y ella no podía hacer fuerza por el embarazo.

Se preguntó porque Albus no había vuelto todavía, pero decidió hacerse algo para comer, tenía hambre. Estaba cenando cuando escuchó la puerta abrirse

-¡Pomona! ¡Dorea! Ya llegué-anunció Albus, Minerva sonrió y salió de la cocina

-Deja de gritar o despertarás a tus hijas-sonrió burlona, Albus literalmente tiro al piso lo que tenía en las manos y rápidamente se acercó a su prometida y la besó, se separaron por falta de aire y se sonrieron, juntaron sus frentes y Albus besó la nariz de su amada, quién sonrió aún más, se separaron y el director de Hogwarts abrazó a su chica, permitiéndose derramar algunas lágrimas, Minerva acariciaba su espalda para calmarlo, Albus no dejaba de abrazarla y ocultar su cabeza en su cuello.

Luego de lo que parecieron horas se separaron

-Te amo tanto, Min, que no quiero separarme nunca más de ti-dijo Albus volviendo a besar a su novia

-Yo tampoco quiero alejarme de ti-dijo Minerva.


















908 palabras

Creo que es bueno para decir oficialmente vuelve está historia, ya no la voy a dejar más por tanto tiempo

¿Aún queda alguien por aquí?

¿Les gustó?

¿Quieren que la siga?

Bye bye

Una historia de amor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora