El reencuentro

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El tiempo pasó rápidamente, las clases volvieron a empezar, Minerva ya estaba de cinco meses de embarazo. Habían acordado que la boda sería luego del nacimiento del pequeño que la pelinegra estaba esperando.

Y ese día llegó. El 15 de Diciembre había nacido Kendra Dumbledore Mcgonagall. La última hija biológica de los dos, ahora verían de adoptar pero en un par de años.

Mcgonogall estaba más que feliz mirando a su pequeña hija, cuando entró su familia, las gemelas corrieron a ver a su nueva hermana mientras que Sabrina estiraba los brazos reclamando la atención de su madre.

Y llegaron las vacaciones de verano. Y con ellas la boda más esperada por todo el mundo mágico. Faltaba solo dos semanas para el 25 de Julio que era cuando la boda se llevaría acabo.

Albus estaba en su oficina de Hogwarts, Minerva se había ido con sus amigas e hijas a comprar la ropa que las niñas usarían en la boda. Albus se había quedado al margen porque su prometida aún se sentía mal por haber sigo secuestrada y alejada de sus hijas por un mes, por más que él le dijera que no era su culpa, ella insistía en que quería pasar más tiempo con ellas.

Estaba tranquilo controlando unos papeles cuando le llegó una carta

Señor Albus Dumbledore:

El recluso Gellert Grindelwald solicita una cita con usted, según él quiere verlo antes de su gran día. Ha hecho comportamiento ejemplar desde que entró a la cárcel, por eso le rogamos que venga a hablar con él.

Atte, oficial de numergand.

Albus quedó en shock, ¿Porque su ex mejor amigo quería verlo? Tenía mido de ir, de que todos los sentimientos que había tenido en un pasado vuelvan. Amaba a Minerva, de eso estaba más que seguro, pero en un pasado había sentido cosas muy fuertes, pero luego conoció a Minerva y se dió cuenta de que Grindelwald no había sido nada comparado con lo que sentía por su hermosa pelinegra.

Al día siguiente, mientras Minerva dormía, viajó hasta la prisión dónde Gellert estaba, se sentó en la oficina en la cual hablarían. La puerta se abrió y ahí estaba Grindelwald

-Hola, Albus, tanto tiempo-saludó y se sentó frente a él

-Grindelwald-saludó secamente, el mejor director de Hogwarts

-Me enteré de varias cosas de tu vida, empezando por tu querida profesora de transformaciones-sonrió él, Albus solo se quedó callado, esperando que él siguiera hablando-Tambien de tus hermosas hijas, ¿Dos biológicas y dos adoptadas? Eso sí que es vida, y ahora te vas a casar en dos semanas

-Ve al punto, Gellert, que tengo que ir a ver a mi familia-apuró el peliblanco

-¿Ya me has olvidado, Albus? ¿Enserio ya te olvidaste de todo lo que vivimos? ¿De todo lo que sentíamos el uno por el otro? ¡Yo te amaba Albus!-gritó Gellert con lágrimas a punto de bajar por sus mejillas-¡Yo te quería, Albus! ¡Lo eras todo para mí! ¡Absolutamente todo!

-Yo también te amaba, Gellert, te amaba....Pero luego conocí a Minerva, ella sanó mi corazón roto, ella realmente me ayudó a olvidarme de ti , lo nuestro simplemente no fue, hay parejas que prosperan, y otras que no, pero aprendí que no podía quedarme toda la vida esperando que estos sentimientos simplemente se vayan, tomé medidas para olvidarme de ti y lo logré.... Tú lo dijiste, tengo cuatros hermosas niñas, y una prometida que debe estar despertando en este momento, y ellas lo son todo para mí, absolutamente todo....¿Sabes qué? Sin ti puedo vivir, duele, pero lo logro pero sin Minerva, me es imposible, ya estuvo secuestrada un mes y me dolió más que todo el tiempo que estuvimos lejos

-¿Osea que ya me olvidaste por completo?-murmuró Gellert soltando las primeras lágrimas

-Lo siento pero sí, ya no solicites citas conmigo, por favor, yo te quiero, Gellert, pero te quiero como un amigo, como mi mejor amigo-susurró Albus antes de irse de ahí. Gellert volvió a su celda y se permitió llorar, lloró por horas, el amor de su vida lo había olvidado y ya tenía a otra.

Albus volvió a Hogwarts, entró a su oficina y ahí estaba Minerva cruzada de brazos con la carta en sus manos

-¿Lo fuiste a ver?-cuestionó

-Sí-dijo y se acercó a ella, agarrando su cintura, ella estaba enojada-Era solo para dejarle en claro que te amo y que nada lo podrá cambiar-aseguró haciendo que la cara de Minerva cambiaría completamente, ahora tenía una gran sonrisa y besó a su prometido.

-Yo también te amo, Albus-sonrió Minerva volviendo a besarlo

-Sí cada vez que salgo vas a recibirme así, juro que saldré todos los días-bromeó Albus besando otra vez a su novia. Se siguieron besando hasta que el llanto de Kendra se escuchó-Ve a dar clases, yo me encargó de nuestras hijas

-Okey-rió Minerva y se fue.

















Hola Hola

No los iba a dejar sin capítulo por mucho tiempo.

El próximo capítulo se viene la boda

Bye bye

Una historia de amor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora