Una historia de amor diferente

Vacaciones de invierno

Samantha y Martina ya podían hablar español, no fluido, pero lo hablaban. Sandra les estaba enseñando algunas palabras típicas de Argentina.

Así llegaron las vacaciones de invierno y casi todos los alumnos volvieron a sus casas. Ese año las gemelas Mcgonogall también, habían dejado el colegio en manos de Pomona y Albert.

-¿Que asignaturas elegirán el año que viene?-preguntó Albus a sus hijas adoptivas la primera noche que pasaban en casa

-Ni idea-dijo Cassandra

-Estudios muggles, cuidado de criaturas mágicas y runas antiguas-dijo muy emocionada, Samantha-Aunque me gustaría poder cursar todas, artimancia me parece interesante, Adivinación no tanto

-La Adivinación es una rama muy inexacta, muy pocos la dominan, y me atrevo a decir que no se puede confiar en lo que unas personas digan-dijo Mcgonagall, nunca le había gustado la adivinación

-Con mis amigos estábamos pensando en cursar Adivinación y Cuidado de Criaturas Mágicas-dijo Cassandra

-Eliges Adivinación por qué es lo más fácil-comentó Sam, Albus y Minerva se miraron, presentían una pelea

-Perdón por no ser una nerd como tú qué lo único que hace es estudiar, estudiar y estudiar, no sabes hacer otra cosa-replicó Cassie

-¡Yo me preocupo por mi futuro no como tú qué lo único que haces es causar problemas!-gritó, enojada, Sam

-¡Deberías estar en Ravenclaw por lo nerd que eres!-gritó Cassie

-¡Y tú deberías estar en Slytherin por lo ambiciosa que eres!-dijo, enojada, Sam

-¡Vete a la mierda!-gritó Cassie para luego irse a su cuarto. Sam tomo uno de sus abrigos que estaban colgados en la puerta y salió de la casa.

Albus y Minerva suspiraron, mientras que Sabrina y Kendra no sabían que había pasado ¿Cómo pasaron de estar hablando a gritando?

Albus fue a buscar a Samantha mientras que Minerva subió las escaleras para poder hablar con Cassie.

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Minerva entró al cuarto y encontró a su hija sentada en el marco de la ventana mientras se secaba las lágrimas, la pelinegra se acercó a su hija, quién rápidamente se abrazó fuertemente a su madre, llorando.

Pasaron varios minutos abrazadas, Mienerva acariciaba los cabellos de su hija mientras le susurraba palabras reconfortantes. Cuando se calmó un poco se separaron

-¿Que le hice a Sam?-preguntó mientras bajaba la cabeza, Mienerva delicadamente tomó el mentón de su hija para que la mirará

-No hiciste nada malo, ella está muy nerviosa, no sé porque, ahora tu padre se encargará de ella-sonrió mientras volvía a abrazar a su hija

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Albus encontró a Samantha cerca de la entrada a Hogwarts

-¿Que hace?-preguntó

-Vuelvo a Hogwarts ¿No es obvio? Quiero estar con mis amigas-dijo

-Vuelve a casa y hablemos, por favor-pidió Albus

-No tengo porque obedecerte-dijo, enojada, Sam

-Soy tu padre, Samantha, te pido que vuelvas a casa de inmediato y hablemos como personas civilizadas-dijo Albus

-¡Tú no eres mi padre! ¡Mark Menry es mi padre!-gritó y entró a los terrenos de Hogwarts y empezó a correr hasta la entrada.

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Albus volvió a su casa, ignorando a sus dos hijas pequeñas que le habían preguntado que pasó, se encerró en su cuarto y lo trabó con magia.

Mienerva tocó la puerta suavemente

-Al ¿Estás ahí? ¿Que pasó? Déjame entrar-pidió suavemente, la ojiverde. Lentamente, Albus abrió la puerta y Mienerva entro, se encontró a su esposo llorando en la cama, preocupada se acercó a él para abrazarlo-¿Que pasó?

-Sam me dijo que no soy su padre, que Mark es su padre-suspiró, Minerva simplemente lo abrazó mientras le susurraba que él era más padre de las gemelas que lo Mark va a ser nunca.

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Las vacaciones terminaron y todos volvieron a Hogwarts. La tarde que todos volvieron, Albus estaba trabajando en su oficina cuando alguien llamó a la puerta, él dijo que pasará y ahí estaba Samantha

-Te quería pedir perdón-susurró la pequeña-No debí decirte que no eras mi padre, la verdad es que si lo eres y no te cambiaría por nada en el mundo-dijo la niña, Albus le sonrió y se acercó a ella para abrazarla-¿Tú crees que soy una nerd y que el sombrero se equivocó al mandarme a Hufflepuff?

-Mi niña, no tiene nada de malo querer saber más y más, eso lo heredaste de tu madre, ella también amaba leer y estudiar, era muy curiosa, bah, sigue siendo curiosa, y eso es lo mejor que el ser humano tiene, su curiosidad-sonrió mientras acariciaba los cabellos de su hija

-Te amo, papá-dijo la pequeña abrazando a su padre

-Y yo te amo más, mi hermosa niña-dijo besando la frente de su hija.

Hola Hola

¿Cómo están?

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Bye bye