vacaciones de invierno

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A pesar de que parecía que este año iba a estar lleno de tristeza, preocupación y que todo iba a salir mal, llegaron las vacaciones y los ánimos estaban intactos, todos bromeaban, reían, estudiaban, parecía un año normal y corriente, como si lo que pasará fuera del castillo no afectara, parecía que los muros protegían a los alumnos no solo de la guerra, si no, de todo sentimiento malo y abrumador.

Las gemelas Mcgonogall estaban teniendo un buen año, estaban con sus parejas, estaban bien entre ellas, todo parecía ser la calma que precede a la tormenta.

Minerva estaba en el Gran Comedor, era la hora del almuerzo, su esposo había salido así que ella había quedado como la directora hasta que Albus vuelva, que todo indicaba que no iba a ser en un futuro cercano. Veía a sus estudiantes todos tan tranquilos, se escuchaban las suaves risas, el suave susurro de los estudiantes hablando, alguna que otra carcajada.

Pero a pesar del ambiente tranquilo, Minerva se sentía intranquila, se sentía ajena a todo, de repente su pecho empezó a doler, sentía una fuerte presión en sus pulmones que no la dejaban respirar, se llevó la mano al pecho, sintió unas gotas de sudor bajar por su frente. Pomona enseguida notó que su mejor amiga no estaba bien, la tomó de los brazos para sacarla y llevarla a la enfermería. Sus cuatro hijas enseguida notaron que algo andaba mal con su madre, así que rápidamente siguieron a ambas mujeres para saber que le pasaba a su madre.

Poppy acostó a Minerva en una camilla y empezó a revisarla, sus hijas estaban sentadas en otra camilla analizando cada movimiento que la enfermera hacía

-Todo está bien, solo que estas muy nerviosa y estresada, te quedarás acá descansando por unos días, te traeré un té de tilo para que te relajes-dijo mientras se iba. Sus hijas rápidamente se acercaron a su madre para asegurarse que esté bien, las gemelas se sentaron en unas sillas al lado de su camilla, mientras que Sabrina y Kendra se acostaban a cada costado de su madre para apoyar su cabeza en el pecho de su madre, quién rápidamente empezó a acariciar sus cabellos, cosa que la relajaba mucho, ver a sus pequeñas bien.

Cassandra empezó a hacer malos chistes para que su madre riera y pueda olvidar todos sus problemas por un rato. La puerta se abrió y entró Albus, quién se acercó rápidamente a su esposa para asegurarse que esté bien

-Acabó de llegar y Poppy me dijo que estabas acá ¿Que pasó?-preguntó preocupado por la salud de su esposa

-Creo que el hecho de que haya una guerra, que no estabas para proteger el castillo, con nuestras niñas acá....No lo sé simplemente mi mente no podía dejar de imaginar que entrarían al castillo-suspiró Minerva haciendo que su esposo acariciará su mejilla 

-Todo estará bien, amor, te prometo que nadie va a atacar el castillo y que nuestras niñas van a estar más que bien-dijo dejando un beso en la frente de su esposa.

Pasaron las fiestas en la enfermería así Minerva descansaba lo máximo posible antes de que volvieran todos los alumnos de sus vacaciones y Minerva no tendría tiempo para descansar. A pesar de que lo habían pasado en la enfermería, habían sido unas hermosas fiestas por el hecho de que estaban todos juntos, eso era lo que realmente importa en época de fiestas, estar con los que amas, no importa el lugar, ni los regalos, ni la comida, solo importa sentirte a salvo en tu hogar con tu familia.

Albus se durmió el día antes de que los alumnos volvieran pensando que tenía la mejor familia del mundo y haría lo que fuera para que ellas vean el final de la guerra, aunque eso signifique tener que dar su propia vida a cambio

Una historia de amor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora