Primer cumpleaños de las gemelas

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1 año después...

Había pasado 1 año, 1 año desde que Minerva había tenido a sus hijas, ahora vivía felizmente con Albus, se había hecho común para los alumnos y profesores, ver a Albus y Minerva caminando de la mano o con las gemelas, que vivían en Hogwarts todo el año escolar, para estar con su madre, Albus era lo más parecido a un padre que las gemelas tenían. El pequeño James, para tener solo 1 año de edad, hacia muchas travesuras, de las gemelas, la más inquieta era Samantha y Cassandra era más tranquila,

Minerva estaba con los preparativos para festejar el primer cumpleaños de sus gemelas. Quería que todo sea perfecto, Albus la ayudaba en todo lo que podía y Minerva agradecía eso. Mark, se arrepintió de abandonar a Minerva, porque, Serina Lenstrege, lo había engañado y se había quedado con parte de su fortuna. Las gemelas tenían dos medios hermanos, Rupert Menry y Samuel Menry. Los gemelos eran un año menor que Casandra y Samantha. Desde pequeñas, las dos rubias eran muy unidas.

Pomona y Dorea cargaban a su mejor amiga, Minerva, con que pronto tendría más hijos con Albus

—Te lo digo, tendrás más hijos, con Albus—rio su pelirroja amiga

—Dorea ¿Y tú? ¿Cuantos hijos más vas a tener?—pregunto, burlona, Pomona

—Con Charlus hablamos, queremos tener otro, pero no sé, nos costó demasiado tener a James—suspiro Dorea

—¿No han pensado en adoptar?—pregunto Minerva—Con Albus hemos estado hablando, no sabemos si vamos a tener hijos propios, pero si queremos adoptar, mínimo a uno

—¿Adoptarán un bebé?—pregunto, sorprendida, Dorea

—¿Y tú, Pomona? ¿Cómo van las cosas con Albert?—pregunto Minerva, hacia medio año, Pomona y Albert se habían hecho novios

—Bien, muy bien, también estamos pensando adoptar, como Albert es estéril, vamos a adoptar, estamos buscando un orfanato mágico, queremos que sea mago, para que no se sienta diferente—explico Pomona—Si voy a adoptar, mínimo que el niño o niña sea feliz a nuestro lado

—Serias una grandiosa madre—aseguraron sus amigas.

Una semana después del cumpleaños de las gemelas, organizaron la fiesta. Ya habian llegado los Potter, Pomona, Poppy, Albert, Mavira, Horace, Aberforth, Madam Hooch, también, llegaron algunos amigos que Minerva tenía de su anterior empleo en el ministerio y Mark. Había muchos niños, James, las gemelas, Rupert,  Samuel y los hijos de los amigos del ministerio.

Había empezado la fiesta, hace media hora, y llegaron los últimos invitados, Septimus y Ginevra Weasley, con su único hijo, Arthur. También llegaron, los señores Prewett, con sus tres hijos, Molly, Fabián y Gideon Prewett. Ambos matrimonios eran muy amigos de Mark, pero después de lo que le hizo a Minerva, se acercaron más a la pelinegra que al rubio

—¡Minerva!—exclamo la señora Prewett—Lamento que los niños hayan tenido que venir, no pude dejarlos con nadie

—No importa, Melissa, hay espacio suficiente—sonrio Minerva, luego Ginevra se acercó

—¿Como has estado?—pregunto

—Muy bien ¿Y Arthur?—pregunto, sonriendo

—Oh, muy bien, ansioso por ir a Hogwarts, entra el año que viene

—La pequeña Molly también entra el año que viene, tal vez sean unos leones

—Arthur será un león—aseguro, en una carcajada, Ginevra. La fiesta continuo toda la tarde, Minerva se divertía como nunca, no habia peleado con Mark, tenía a Albus a su lado siempre, sus gemelas eran muy educadas y el loco de James le sacaba carcajada tras carcajada. Al momento de soplar las velas, Albus fue a buscar a las gemelas junto a Minerva, la pelinegra levantó a Samantha y Albus a Cassandra, la rubia que estaba en brazos de Albus lo miraba atentamente

—Pppp.... Papá—dijo y llamó la atención de Minerva y Albus

—¿Como has dicho, pequeña?—pregunto Albus

—Papa—repitio y reía al señalar a Albus, Mark se acercó para agarrar a su hija

—Gracias por la ayuda, Dumbledore, pero Minerva y yo nos encargaremos de nuestras hijas—gruño

—Papa, papá—repetia la niña, Mark la miró y sonrió

—Ven, la niña sabe quién es su padre—dijo, arrogantemente

—Papa—repitio Cassandra señalando a Albus

—Si pequeña, ven conmigo ¡Tienes unas velas que soplar!—celebro Albus cargando a la niña. Le cantaron el feliz cumpleaños, cortaron la torta, jugaron un rato más.

Para las 7 de la tarde, todos los invitados se habían ido, Albus estaba feliz, Cassandra había dicho su primera palabra y era papá, dirigida a él. Samantha no se había quedado atrás y había dicho mamá, señalando a Minerva, la pareja reía de los intentos que las gemelas hacian para poder caminar. A las 10:30 de la noche, las gemelas se durmieron, a los minutos sus padres hicieron lo mismo.






¿Las gemelas no les parecen adorables?

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Bye bye

Una historia de amor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora