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Samuel;

Hoy te ví besando a una chica, se te veía feliz... ¿Ella es tu novia?

-Un muuy triste Willy...

•°•°•

Samuel lo supo en ese instante, la había cagado, arruinado la única cosa que le iba a hacer feliz hoy, porque Guillermo estuvo raro con él todo el resto de la clase, como desanimado, por alguna razón, Samuel sentía que era su culpa.

-¡Maldición!- soltó mientras golpeaba la puerta de su casillero, abollándola un poco, tapando las rejillas por donde Guille metía sus amadas notas, el pelinegro se asustó.

-¿E-estás bien?- le preguntó tomando su mano, estaba lastimada por el golpe.

-Sí yo sólo, ¡auch, auch!- se quejó cuando Guillermo acarició sus rojos nudillos.

Y aveces es el impulso otras el instinto, Guillermo decidió creer que la vida seguía siendo como siempre, muy corta para esperar, esperar a besar a Samuel de alguna forma.

Tomó sus nudillos lastimados y con todo el amor posible, los acercó a sus labios, besando su piel, haciendo que un escalofrío atravesara a la velocidad de la luz la espalda de Samuel, haciéndole tragar saliva gruesamente.

Guillermo, con aún sus labios sobre las manos del otro, lo miró desde más abajo, un leve rubor en sus mejillas y el suspiro que dió sobre la -ya no tan roja- piel de Samuel, le dió al castaño una conclusión.

Guillermo era la persona más dulce que había conocido.

-¿Estás mejor?- le preguntó.

-¿A-ah?- dijo con la voz temblorosa Samuel.

-Que si estás mejor, digo, más calmado.- Guillermo soltó delicadamente sus manos, haciendo que el cosquilleo eléctrico cesara, Pero la sensación de sus labios se quedaría ahí un largo tiempo. -¿Lo estás?- volvió a preguntar mientras sus mejillas se teñian de rojo.

-Estoy mucho mejor Guille.- sonrió como un total tonto Samuel.

-Ahora, ¿Qué te pasó?- Guillermo puso una mano en su cintura, tomando una pose como la de una madre cuando quiere saber algo de su hijo, Samuel se limitó a reír, en definitiva era adorable y muy dulce.

-¿Te puedo contar un secreto?- Guillermo asintió.

-Pues es contarme lo que quieras para eso están los...- su corazón comenzaba a doler al intentar pronunciar esa palabra.- amigos...- susurró.

Samuel en otras ocasiones era realmente distraído, ¿Pero hoy?, no sabía si fué por el beso en sus manos o qué, pero la vista no se permitía apartarse de Guillermo, como si quisiera conocerlo a fondo, sus miedos, sus mañas, sus hábitos, sus tics de nerviosismo, su humor, su todo.

Samuel quería complementarlo. Y al querer descubrirlo todo, se dió cuenta de lo que le costó decir la palabra "amigos".

-¿Vas a decirme o no?- comenzó a impacientarce.

-Eres la persona más tierna que he conocido...- le susurró, haciendo que su antes creído muerto corazón volviera a palpitar.-Me alegra tenerte como...- la palabra que también le costaba pronunciar a Guillermo, le costó a Samuel.-amigo...- sonrió, cerró el abollado casillero y se fué, tras alborotarle el cabello a Guillermo.

Y Guillermo se quedó ahí, atónito por tres cosas...

1.La reacción de Samuel a su nota.

2.A Samuel le parecía tierno.

3.¿Cómo mierda iba a meter la nota en el ahora abollado casillero?

-¡Guille!- gritó Samuel ya un poco alejado. -¿Vienes o te quedas?- sonrió moviendo la cabeza hacia adelante, Guillermo tomó sus cosas, cerró el casillero y corrió tras Samuel.

Tendría que buscar otro método, pero la vida era demasiado corta como para no querer seguir buscando otro método para besar a Samuel...




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life is too short to wait; wigetta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora