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–Frank... No lo entiendo.– dijo el pequeño de mejillas abultadas. –¿Hice algo mal?– Frank no lo puede evitar y lo abraza.

–Ya basta de hablar de eso...– soba su espalda. –Samuel quizás sólo es un idiota.– y Guille suspira, algo en su interior sabe que no es así, pero dadas las circunstancias...

–¿De qué querías hablar?– Frank niega, quizás con todo lo demás se olvide de Samuel por sí solo. ¿O debería decirle?

–De nada, sólo pensé que estabas enojado conmigo por irme así aquella noche y te dije eso para tener una excusa para hablar.– le miente.

–¿Crees que si le envío otra nota me perdone?– ¿Sigue con el tema? Francisco empieza a perder la paciencia.

–Guille, basta.– lo mira a los ojos. –No sigas con eso, no debes rogar cariño a nadie.– suspira, él siempre le ruega cariño a Guillermo pero eso no viene al caso.

Frank ¿Insistir cansa o demuestra?– lo mira decidido. –Así se dará cuenta de que en serio quiero reparar el error que haya hecho.– sonríe. –Le haré una nota definitiva, empezará con "Querido Samuel..."– entonces Frank explota.

–¡Guillermo! ¿No lo entiendes?– el menor lo mira asustado. –El plan de Samuel siempre fué romperte el corazón por diversión, es una basura que no se merece que le des ni los buenos días.– finalmente perdió la paciencia.

–F-Frank, no es muy gracioso lo que estás diciendo...– aguantando las ganas de llorar, le responde, Guillermo siempre fué muy sensible. –Estás mintiendo ¿v-verdad?– su voz tiembla tanto como un nudo en su garganta.

–¡No! Él mismo me lo dijo, cuando habló conmigo ¿Recuerdas? tú se lo pediste.– Guille negaba.

–Estás mintiendo, estás mintiendo, estás mintiendo.– las lágrimas salían por sí mismas. –¡Eres un mentiroso! ¡Sólo tienes celos!– se levantó de la banca en el parque.

–¡Te juro que no te miento!– le decía la rotunda verdad.

–¡No es cierto! ¡Samuel jamás haría eso!– Guillermo exhala desesperado.–¡Él no es un idiota que se aprovecha de la confianza de los demás! ¡No como tú!– Frank abre los ojos como platos.

–¿Qué dices?– Guille toma sus cosas.

–¡Sólo usaste mi confianza para traerme hasta aquí y decirme mentiras sobre Samuel y eso no lo voy a tolerar!– y se fué aprisas de ahí.

Frank maldijo y se echó en el pasto de aquel parque que parecía estar abandonado.

Y es que pobre del corazón apasionado y entregado de Guillermo, que se enamoró de un ser indiferente y sin iniciativa, su condena es que en su corta vida, hasta que el amor por Samuel se le escape, deberá mendigar cariño y besar hielo...

life is too short to wait; wigetta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora