life is too short to wait; wigetta.

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Penúltimo capítulo

Samuel baja las escaleras corriendo y con su corbata sin hacer, se peina de manera veloz y al caminar a la sala en busca de Ana para que le diga cómo se vé, se encuentra con una sorpresa realmente grande, sus padres sentados en los sofás.

-Hijo- pronuncia su madre con una sonrisa.

-Madre.- dice él con su misma cara de confusión, se supone que estaban de viaje de negocios hasta el lunes. -Padre. ¿Qué hacen aquí?- preguntó.

-Bueno, veo que vas de salida.- dice su padre con su voz grave de costumbre mientras se levanta del sofá.-¿Te precisa irte?- Samuel asintió retrocediendo, queriendo irse. -Entonces no te quitaremos mucho tiempo, siéntate. - ordenó.

-Prefiero estar de pie.- dijo el joven.

-Siéntate Samuel.- ordenó nuevamente autoritario. Samuel suspiró y se sentó, moviendo sus dedos impaciente sobre sus rodillas. -Verás, este es tu último año en tu instituto, el año siguiente comenzarás la universidad, es una etapa importante para tu vida y creo...- Samuel lo interrumpió, el tiempo se le iba.

-Al grano papá.- replicó poniéndose de pie.-En verdad tengo que irme ahora.- suplicó, su padre se levantó, ganándole en altura.

-Te daré la opción de que escojas entre la universidad de Canadá, Noruega, o Los Estados Unidos.- dijo firme. -Estudiarás ahí durante dos años y completarás aquí el último año de carrera.- sugirió. -Tal y como yo lo hice.- su madre sonrió y lo abrazó por el pecho.

-¿Qué?- dijo Samuel.-Papá no puedes decir sobre mi vida como te dé la gana.- replicó.-¿Cómo sabrás que lo que quieres hacer conmigo es lo mejor para mí?- preguntó. -Apuesto a que ni siquiera sabes qué quiero estudiar.- retó.

-Eres mi hijo, siempre sabré qué es lo mejor para ti.- se encogió de hombros.-Apuesto a que aún quieres estudiar enfermería o algo que tenga que ver con eso, en cualquiera de las universidades que mencioné antes están esas opciones, así que no veo el problema.- se cruzó de brazos.-Decide ahora, es mi última palabra.- dijo el hombre.

-¡Pero!- vió como su padre tensó su mandíbula.

-La última palabra Samuel.- sentenció.-Supongo que ahora tienes que irte y al menos te estoy dando la oportunidad de escoger a cuál universidad antes de inscribirte a una.- dijo mientras ajustaba su corbata más apretada de lo que a Samuel le gustaría. -Así que te daré este tiempo para que lo pienses.- le dió una palmada en el hombro. -¡Ana!- llamó.

-¿Si señor De Luque?- habló la anciana mujer corriendo a la sala.

-Traiga a Samuel su abrigo, mi hijo tiene que irse al parecer.- ordenó, la mujer asintió y corrió al perchero de la entrada.-Después traiganos a mí mujer y a mí una botella de vino de la conserva del sótano.- ordenó sentándose en el sofá frente a la chimenea con la madre de Samuel que apenas había cruzado palabra.

Samuel fué muy descontento a la puerta, muy apresurado también hay que decir.

-Aquí tienes hijo... No sabes cuánto lo siento.- la mujer lo abrazó. -ahora corre, que se te hace tarde.- Samuel asintió.

La mujer lo vió irse, sintiendo como su corazón se encogía al saber que en cuanto volviera la vida del joven no sería igual, lo mismo ocurrió con su padre...